Día especial en las Régates Royales – Trofeo Panerai.

Fue un día muy especial en tierra, con el homenaje a Florence Arthaud y la presencia del príncipe Henrik de Dinamarca.

Ayer jueves, tercer día de las Régates Royales de Cannes comenzaba con una sinfonía orquestada con cuernos, campanas y sirenas despidiendo al ‘Coeur Vaillant’ cuando abandonaba el puerto. El 8MI propiedad de Philippe Monnet salió del puerto solo con la vela mayor izada y con toda su tripulación en línea en un homenaje muy especial a Florence Arthaud. Cientos de marineros situados en las proas de sus barcos y cientos de espectadores en el puerto aplaudian al paso del velero en un sentido y emotivo homenaje. Fue un momento muy intenso.

Las Régates Royales rinden tributo a Florence Arthaud © James Robinson Taylor
Las Régates Royales rinden tributo a Florence Arthaud © James Robinson Taylor

Las Régates Royales, disputadas por vez primera en 1929 para honrar el rey Christian X de Dinamarca, hoy también dieron la bienvenida a un invitado muy especial: su descendiente y entusiasta regatista, el Príncipe Henrik, invitado por el príncipe Alberto de Mónaco a bordo del 15MI ‘Tuiga’.

Un espectáculo clásico.

El segundo día de competición, después de la parada forzada del miércoles, las Regates Royales-Trofeo Panerai supuso una excelente oportunidad para que estos potentes y espectaculares barcos muestran todo su potencial bajo un suroeste de alrededor de diez nudos que sopló en las poco más de las veinte millas de regata costera. El viento permitió hacer buenas ceñidas y empopadas, las tripulaciones pudieron desplegar todas sus velas de cangreja, perchas, foques, velas de estay, genoas, spinnakers, gennakers … Una vez finalizada la primera vuelta, la brisa comenzó a caer poniendo en dificultades a aquellos que no eran lo suficientemente rápidos. El cutter de velas cangrejas ‘Viola’ rompió el mástil por debajo de las crucetas; todos estaban bien a bordo pero el barco tenía algunos por resolver algunos daños colaterales producidos por la rotura.

© James Robinson Taylor
© James Robinson Taylor

Para el resto de la flota, la brisa fuerte significa un ritmo más rápido, especialmente para las tripulaciones más experimentadas, como para el ‘Marigold’ el barco de velas cangrejas más antiguo (Nicholson, 1892) de la flota que ganó con un buen margen. Cuando el viento subió a más de veinte nudos y aumentaron los pantocazos, algunos barcos decidieron tomárselo con más calma. El gran J Class ‘J.Shamrock V’, una vez más ganó la regata viéndose solo superado en tiempo compensado por el ‘Helisara’, un diseño de Dick Carter. En los mayores de 15 metros de la clase Vintage Marconi, la victoria fue para el ‘Cholita’, mientras que en la división más grande de los Marconi fue el ‘Manitou’ el primero en cruzar la línea de llegada, por delante del ‘Skylark’ de 1937. El final entre el ‘Moonbeam IV’ y el ‘Elena’, el velero más grande en el agua, fue muy apretado y espectacular. El ‘Moonbeam IV’, patroneado por Mikael Créac’h, se llevó su segunda victoria consecutiva en la división Big Boats. En la clase de la Vintage el ‘Maria Giovanna II’ diseñado por Olin Stephens también anotó su victoria.

Los rusos se recuperan en la clase Dragon.

La altamente competitiva flota dragón ayer disputó dos regatas. La primera se inició a primera hora de la tarde con una agradable brisa del suroeste de 12 nudos en un curso de barlovento/sotavento, el escenario perfecto para que los one design de 1929 aceleraran en la dirección del viento con sus spinnakers izados al «estilo del kite surf». Las condiciones eran especialmente adecuadas para las tripulaciones rusas, que no habían comenzado las series con muy buen pie. Anatoly Loginov (Annapurna) anotó una victoria en la cuarta regata por delante de su compatriota Vasily Senatorov (Even Better), mientras que Víctor Fogelson (Sunflower) terminó en el sexto lugar. El alemán Michael Schmidt (M3) terminó en cuarta posición por detrás del otro equipo alemán patroneado por Michaël Zankel (Powwow). El pistoletazo de salida para la segunda prueba del día fue dominado por un suroeste de alrededor de 15 nudos. En el curso de barlovento/sotavento, después de dos vueltas y media, el primero en cruzar la línea de llegada fue el inglés Martin Payne (Bear) con muy poca diferencia sobre Ivan Bradbury (Blue Haze) y sobre el francés Stéphane Baseden (Outlaw). Tras estas dos regatas, la clasificación general todavía está en manos de Michael Schmidt (M3) con una ventaja de nueve puntos sobre el triplete británico perseguidor (Blue Haze, Jerboa y Bear) y el alemán Michaël Zankel. Mañana (por hoy) es el último día de regatas para los dragons en la 37ª edición de las Régates Royales y el podio final probablemente se decidirá entre estos cinco equipos, ya que tanto el italiano Giuseppe Duca (Cloud) como el ruso Anatoly Loginov (Annapurna) ya están a 30 y 33 puntos del líder, respectivamente.

Un príncipe en las Royales.

HRH Príncipe Henrik de Dinamarca © James Robinson Taylor
HRH Príncipe Henrik de Dinamarca © James Robinson Taylor

El Príncipe Henrik de Dinamarca es un invitado fiel de las Régates Royales-Trofeo Panerai, y siempre regatea a bordo de su dragon ‘White Lady’ (DEN 166). Su Alteza navegó en el ‘Tuiga’, el 15MI con al grimpola del Yacht Club de Mónaco.

Las Régates Royales de Cannes fueron creadas para honrar al rey de Dinamarca.

«El rey Christian X era dueño de una villa de Cannes, donde su familia pasaba tiempo, y regateaba en la bahía a bordo del 6MI ‘Madame V.G. Graae’. Las autoridades locales, la Société des Régates de Cannes y el Club Náutico Internacional tuvieron el permiso del Rey para llamar a su evento de regatas de una semana de duración, organizado por primera vez durante la primavera de 1929, las Régates Royales. Por desgracia después de su muerte, la tradición se detuvo. Cuando regresé a Cannes, navegando en la clase 6mi y más tarde en un dragon, la ciudad me preguntó si su regata podría ser llamada Régates Royales, una vez más, y con mucho gusto acepté».

Usted ha estado compitiendo en la clase Dragon durante muchos años, sobre todo aquí en Cannes.

«Hace unos cuarenta años yo solía navegar en otra clase, la Klar. Me cambié a la clase Dragon cuando dejó de ser un barco olímpico. Esto relanzó el dragon en mi país, porque antes era casi un único profesional de la clase. Basta con decir que sólo había tres barcos en 1981. Sigo siendo el vicepresidente de la Asociación Internacional, pero lamentablemente ya no regateo. A mi edad uno tiene que saber cuándo parar…» dice el Príncipe con su ironía habitual.

Es popular la navegación a vela en Dinamarca?

«Dinamarca es un país marinero, porque estamos rodeados de agua. Tenemos un fuerte patrimonio marítimo y muy buenos marineros. Los daneses siempre han obtenido buenos resultados en los Juegos Olímpicos, como el cuatro veces medallista de oro Paul Elvstrom o el triple campeón (dos oros y una plata) Poul-Richard Hol-Jensen».

Para usted, la vela parece ser una tradición familiar, ¿no?

«Desde los tiempos del rey Christian X, no realmente. Pero el Rey Juan Carlos I de España ha estado regateando mucho y mi cuñado, Constantin de Grecia, ganó una medalla de oro en Dragon en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960».

Ha regresado a la competición de Cannes.

«El príncipe Alberto de Mónaco me ha invitado a estar a bordo del ‘Tuiga’. Es mi primera vez a bordo de un 15MI, y las condiciones meteorológicas hoy son fantásticas. Si me piden que tome el timón, no voy a decir que no! »

Concéntrese en los «ochos”…

Hay varios 8MIs amarrados en el muelle Laubeuf este año. Estos barcos han tenido una presencia regular en las Régates Royales, y este año la clase está representada por ‘France’ (Camatte, 1937), ‘Carron II’ (Fife, 1935), ‘Aile VI’ (Arbaut, 1928), además de ‘Cœur Vaillant’ propiedad de Philippe Monnet, quien hoy rindió sentido homenaje a su gran amiga Florence Arthaud. La clase sigue siendo muy activa y deriva directamente, al igual que los 5.5, 6 y 12MI, de una regla primera regla métrica creada en Londres en 1906. A partir de ese momento la vela experimento un rápido crecimiento, pero en casi todos los países, regiones o clubs náuticos adoptaban cada uno una regla diferente, muy específica y adaptada a las condiciones locales. Había muy pocas regatas internacionales, solo la de los lagos suizos o las del sur de Inglaterra. Esta llamada «regla de restricción» se basó en una serie de medidas para garantizar un rendimiento similar y no ser una regla one design. En 1901, el New York Yacht Club habló con Natanael Herreshoff para crear una nueva regla internacional y fue durante una reunión celebrada en Londres en 1906 cuando se definió la Regla Internacional métrica. La regla dio a luz a nada menos que diez clases, desde el 5MI al 23MI. Tres años más tarde había 195 barcos Metre que participaban regularmente en las regatas por toda Europa, y los estadounidenses pronto siguieron su ejemplo.

© James Robinson Taylor
© James Robinson Taylor

A partir de 1907, los mejores arquitectos navales desarrollaron su trabajo sobre la regla Metre internacional y en particular en los Ochos. Entre 1908 y 1936, cuando la clase fue olímpica, todos los mejores diseñadores internacionales como los escoceses Alfred Mylne y William Fife, los noruegos Johan Anker y Bjarne Aas, los británicos Morgan Giles y Charles Nicholson, el americano Olin Stephens y los franceses Thierry Guédon, François Camatte y André Mauric produjeron sus Ochos. Los 8MI han sido siempre muy populares entre los grandes magnates y entre la gente de sangre azul. Realezas como la de España, Noruega y Suecia han regateado en ellos. Esta clase ha sido siempre muy popular y poco convencional entre los propietarios que tienen los medios económicos suficientes para pagar un 8MI, como la familia Rotschild. Algunos de estos propietarios eran particularmente famosos como la duquesa de Windsor de Inglaterra, el barón Alfred Krupp von Bohlen den Alemania, los suecos Marcus Wallenberg y Carl Siemens, el rey Alfonso XIII de España o la navegante francesa Virginie Heriot. Muchos diseñadores también poseían sus propios Ochos: William Fife, Charles Nicholson y Glen Coats. El New York Yacht Club también apoyó la clase en 1928 con la puesta en marcha de once barcos construidos en el astillero Abeking y Rasmussen…

Y el premio es para…

El primer premio para el barco más elegante de las Régates Royales ha sido para el sloop Marconi ‘Serenade’, un diseño de Nicolas Potter construido en 1938 para el armador inglés Hugues Boullenger. El cutter de vela cangreja de 1908, ‘Viola’ obtuvo el segundo lugar y el tercero fue para el ketch ‘Adria’ construido en 1934 propiedad de Rachid Elmssalhi. El famoso Palynodie II, diseñado por Olin Stephens en 1962 para el alcalde de Marsella Gaston Defferre, y ahora propiedad de Patrick Teyssier, también fue galardonado con un premio especial.

Saludos y buenos vientos.

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