Marcel Van Triest: «El Trofeo Jules Verne es como una enorme partida de ajedrez»

«Es factible que Francis Joyon recorte el record, pero rebajarlo a 40 días va a ser muy difícil…»

El router holandés Marcel Van Triest trabajará desde tierra firme para el ‘IDEC SPORT’. Ya formó parte del equipo que ostenta el actual record… Siguiendo los monitores desde su casa en las Baleares, el séptimo hombre prefiere trabajar en la elaboración de los patrones climáticos. Sin embargo tiene un importante papel que desempeñar asesorando a Francis Joyon.

Marcel, ¿cuál es el verdadero problema para un router en el Trofeo Jules Verne?

«Necesitamos encontrar las condiciones más rápidas, pero que no rompan los barcos. Entendiendo que sólo podemos ver la meteo con diez días de antelación, en el mejor de los casos, tenemos dos objetivos fundamentales: el tiempo empleado en llegar al Ecuador y el tiempo en Buena Esperanza. En el Sur, hay que coger lo que hay y no hay manera de salir: más al sur están los hielos y más al norte las zonas de altas presiones. Los barcos como el ‘IDEC SPORT’ son muy rápidos pero no pueden saltar a través de los sistemas climáticos en el Índico y el Pacífico. Después de eso, la ascensión del Atlántico, ya de regreso, se reduce a la suerte y hay que tenerla».

Francis Joyon navega con una corta tripulación de solo seis hombres a bordo. ¿Puedo eso cambiar algo en comparación con la mayor tripulación que llevó a bordo Franck Cammas o en comparación con las trece navegantes que llevó Loïck Peyron?

«Sí. No es lo mismo establecer una ruta para un navegante solitario que para un barco con tripulación… y aquí estamos a medias entre los dos casos. Este es un hecho en el que me tengo que centrar. No puedes enviar una pequeña tripulación a navegar en condiciones desagradables, al contrario, te tienes que asegurar de que se mantienen en forma y de que van a estar muy ocupados. Ellos necesitan su propio tiempo para llevar a cabo las maniobras».

Una de las principales preguntas es cómo manejar las altas velocidades durante un largo período. ¿Cómo se siente uno a bordo? Tú ya lo has vivido.

«la velocidad en sí misma no es un problema. A veces se siente como que apenas te mueves, cuando estás haciendo treinta nudos. Sin embargo, es muy estresante cuando estás navegando en unas condiciones complicadas. Te pones de los nervios cuando estas esperando a que el barco se golpee cuando se cae a de una ola… pero también te pones de los nervios si estás encalmado, imaginando a rival navegando a 30 nudos mientras tú estás ahí, parado. Uno se acostumbra a la velocidad de la misma manera como cuando se conduce a 140 km/h por la autopista. Incluso te puedes acostumbrar a ir a 180 km/h… pero no lo puedes hacer en una zona llena de edificios o cuando la ruta está bloqueada! Sucede lo mismo en un multicasco. Puedes dormir a gusto con 35 nudos en aguas tranquilas y planas y disfrutar de ti mismo… pero es estresante ir a 17 nudos cuando el mar está desagradable. Las fuertes ráfagas pueden convertirse en una pesadilla cuando es tu turno en el timón».

¿Cómo va a ser trabajar con Francis?

«Vamos a tener que adaptar nuestra forma de trabajar, ya que esta es nuestra primera vez juntos. Personalmente, no estoy interesado en la comunicación vía teléfono. Con todo el ruido que hay a bordo de la embarcación, se corre el riesgo de no obtener toda la información y no se puede grabar y escuchar de nuevo. Así que tiendo a trabajar con gráficos con anotaciones. Trabajaremos en lo básico dos veces al día, o más, cuando sea necesario. Intercambiaremos correos electrónicos. En los Doldrums tendremos todo el tiempo y, a veces, no habrá nada que decir. En la última Jules Verne, solamente me llamó el barco dos veces en 45 días».

¿Cuánto tiempo se puede recortar el record de 45 días y medio? ¿Pueden llegar a la barrera de los 40 días?

«Podrían llegar, sí. Es posible, quiero decir. Si realmente tienen suerte con la meteo y el tiempo es más o menos perfecto, les puede permitir hacer un buen crono en Buena Esperanza, y si no hay demasiado hielo, no hay problemas técnicos y el Pacífico les permite navegar más al sur acortando el viaje… pero por otra parte, siempre se puede perder todo lo ganando en el paso de las Malvinas. De hecho, tienes que ser afortunado en todo! pero ese es el margen en la Jules Verne. Debo añadir una vez más que no tienen que recortar el record en cinco días, con una hora es más que suficiente. Sin embargo, en el record del Atlántico, puedes permanecer en stand-by durante diez años en Nueva York, sin encontrar una oportunidad para recortar 3 o 4 horas al record. Es como si me preguntases si voy a ganar la lotería… Pero, para el Jules Verne, es factible, pero rebajarlo a 40 días es muy difícil…»

Imaginamos el router durmiendo al lado de su ordenador y de su teléfono vía satélite, controlando la regata las 24 horas del día. ¿Es realmente así?

«¡Definitivamente sí! Hay tanta tensión como a bordo, salvo que yo puedo darme una ducha cuando quiero y comer mejor. Pero para mí es muy conveniente conseguir dormir más de tres horas seguidas. Me despierto al menos una vez o dos para comprobar las cosas. Así que el ritmo es muy parecido al ritmo que llevan a bordo. Una vez dicho esto, es un poco menos extremo en el Jules Verne con tripulación que durante los intentos en solitario, cuando tú eres el responsable de la vida del único navegante a bordo del barco”.

¿Te gusta de trabajar como router?

«Solo hay tierra y una hoja en blanco… Es una gigantesca partida de ajedrez. Es fascinante trabajar con todas las posibilidades y es muy satisfactorio cuando tienes un buen resultado gracias a tus ideas. Empiezas con unas ideas generales, trabajas sobre ellas y poco a poco construyes la ruta… A menudo en este tipo de intentos, hay dos o tres momentos clave. Si los identificas a tiempo y los negocias bien, lo puedes hacer. Una de las dos llamadas que hice a Loïck durante el último trofeo se refería a la ruta Down Under de Australia. Al cambiar ligeramente los parámetros del estado del mar, pude ver que había una ruta a través del sur. Loïck pensó que me había vuelto loco, diciéndome que había ya un oleaje de 10 metros. Si ellos hubieran seguido la ruta inicial por el norte, el barco se hubiera mantenido navegando en ceñida. Yo le dije, ‘Piensa de nuevo en cuando teníamos veinte años y buscábamos un fuerte oleaje. Es impresionante, pero no es peligroso. Vas a encontrar una situación difícil las próximas doce horas, pero al final tendrás una enorme ganancia». Y eso fue exactamente lo que pasó. Me encanta analizar el clima en esa escala. Y como ya dado la vuelta al mundo en cinco ocasiones, también puedo imaginar lo que se siente. Es un poco como estar a bordo».

Saludos y buenos vientos.

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