¿Qué comen los patrones de la Vendée Globe?

Cuando te preparas para la salida de la Vendée Globe, es necesario planificar la alimentación que vas llevar a bordo para los 85-90 días que va a durar la regata. Y hay que calcularla con el mayor cuidado posible para asegurar el bienestar físico y psicológico de los patrones. ¿Cómo se las arreglan? ¿Qué se llevan a bordo y cómo organizan sus comidas?

Es probable que tú nunca te hayas parado a pensar en que vas a desayunar, comer y cenar desde el 6 de noviembre hasta finales de enero o principios de febrero de 2017, pero eso es algo en que sí tienen que pensar los patrones de la Vendée Globe con mucha antelación. También tienen que tener en cuenta consideraciones muy distintas a las nuestras. En primer lugar, tienen que comer más para compensar la energía que gastan diariamente, que es mucho más que lo que gasta, por ejemplo, una persona sentada en su oficina. Se calcula que las necesidades energéticas diarias de un regatista de la Vendée Globe andan alrededor de las 4.000 kilocalorías, entre las 3500 y las 5000 kilocalorías o más, mientras que nosotros, ‘los terráqueos’ sólo quemamos un promedio de 2800 kilocalorías diarias. Y también hay que tener en cuenta que en las zonas más frías del planeta, un patrón de la Vendée Globe necesita el doble de calorías que el que está calentito en su casa.

Alimentos liofilizados Vs platos cocinados.

Arnaud Boissières © J. Girardot/SEA&CO/AKENA VÉRANDAS
Arnaud Boissières © J. Girardot/SEA&CO/AKENA VÉRANDAS

Los alimentos liofilizados son la opción más utilizada y existen una gran cantidad de sabores y platos para escoger. Existen almuerzos, platos principales y postres así como fruta. La técnica de la liofilización consiste un proceso industrial en el que con una maquinaria especializada se consigue eliminar el contenido de agua en un 95%. Primero se congela a baja temperatura la comida una vez preparada, para posteriormente a través de un proceso de sublimación (pasar de estado sólido a estado gaseoso sin pasar por el estado líquido) extraer el agua casi en su totalidad. Eliminar el agua a través de la congelación en lugar de la deshidratación a través del calor preserva las proteínas y las enzimas. Además el tiempo de conservación sin refrigeración aumenta ya que la reducción de contenido en agua inhibe la acción de los microorganismos patógenos que podrían deteriorar los alimentos.

Los platos cocinados consisten en platos que se preparan en tierra y se envasan para alargar su conservación y poderlos transportar y almacenar. Existen múltiples tipos de recipientes para los platos cocinados, aunque los más prácticos y utilizados por los regatistas son los envasados en bolsas herméticas termoselladas debido a la mayor facilidad de almacenamiento y estiba así como el residuo del envase es menos pesado y es más fácil de reciclar. Los platos cocinados pueden calentarse al baño maría o en una sartén y no hay que añadirle agua para rehidratarlo, ya que contienen toda el agua. Al no eliminar el agua en los platos cocinados el peso de cada ración es mucho mayor que el peso de las mismas raciones de producto liofilizado. La diferencia de peso es entre 3 o 4 veces superior, eso lo hace menos atractivo para los patrones competitivos que miran mucho el peso de todos los elementos que embarcan.

Calculo de la cantidad ideal de comida.

¿Calcular para más días? No es tan sencillo. Los patrones quieren llevar la cantidad justa de comida, ya que tienen que prestar suma atención al peso llevado a bordo, porque un incremento de peso, por pequeño que sea, puede afectar seriamente el rendimiento del barco. Por tanto, el peso de los alimentos está lejos de ser poco importante: entre 120 y 180 kilos de suministros, contando con los productos de aseo e higiene personal. Cuando se calcula la cantidad ideal de comida, los favoritos trabajan sobre la base de los 80 a 85 días. Pero, en todo este puzle, tampoco hay que olvidar el clima: no se tienen las mismas necesidades energéticas cuando se sufre el calor de los trópicos que cuando se navega por el gélido Océano Antártico. Por eso, algunos patrones preparan ellos mismos sus suministros. En cualquier caso, siempre quieren mantener una estrecha vigilancia sobre todo lo que está sucediendo a bordo. Si dejan este trabajo en manos de una tercera persona, por lo general o es alguien muy cercano a ellos o es un dietista. Morgan Lagravière señala: «Es esencial comer bien. Es uno de los momentos de mayor placer a bordo, además de ser nuestro combustible, ya que nos aporta la energía necesaria. Yo no dejo que otra persona haga todo este trabajo ya que creo que para mí es importante estar involucrado en la selección de los alimentos y en cómo guardarlos a bordo». En el otro extremo está Fabrice Amedeo. Él ha estado trabajando con Virginie Auffret, nutricionista deportiva. Virginie explica: «Para entender lo que necesita Fabrice, examinamos sus hábitos alimenticios tanto en tierra como durante las regatas. Eso me permitió elaborar los menús para satisfacer sus necesidades. El objetivo es evitarle la pérdida excesiva de peso y permitirle disfrutar de la comida, mediante el estudio de la calidad de los platos y de la energía que le aportan».

Tampoco hay que olvidar que la gran influencia que la comida tiene en el sueño. La nutricionista, Eva Tiollier, que trabaja con Jean-Pierre Dick, explica, «al lado de las bolsas de comida que contienen la ingesta diaria recomendada, Jean-Pierre tiene una bolsa adicional que contiene alimentos dulces y alimentos ricos en proteínas, para relajarse y conseguir el sueño o, por el contrario, para mantenerlo despierto».

Una bolsa al día.

Mientras que algunos, como Arnaud Boissières sólo llevan a bordo comida liofilizada, muchos otros patrones incluyen entre un 40 y un 50% de comida envasada al vacío y entre un 50 y un 60% de comida liofilizada. A pesar de que la comida liofilizada, en los últimos 10 años ha hecho grandes progresos en cuanto a la variedad y a su sabor, sigue siendo menos apreciada por los patrones que los platos preparados. Sin embargo, esta comida liofilizada ofrece una serie de importantes ventajas: no ocupa mucho espacio, es muy ligera -en cuanto a su peso – y cumple con los requerimientos nutricionales… sobre todo porque el agua dulce que se utiliza para prepararlas es suministrada por la planta desalinizadora. La preparación de la comida loifilziada es tan simple como verter agua hirviendo en el sobre, esperar 3 a 5 minutos removiendo de vez en cuando y comer. Los sobres de aluminio permiten “cocinar” el preparado en su mismo interior, pero al hacerlo así, los restos orgánicos que quedan en el sobre cogen mal olor al cabo de unos días, incomodando la vida a bordo. La solución utilizada por muchos navegantes es vaciar el sobre, prepararlo y comerlo en un recipiente térmico que se limpia tras cada uso.

Erwan Steff, director del equipo de Yann Elies, el Espoir Quéguiner-leucémie explica: «Los suministros se dividen en siete bolsas estancas con un peso total de 175 kilos. Cada bolsa tiene marcada la fecha recordándole a Yann que va a comer diferente dependiendo de las condiciones y de la temperatura. En el interior de cada bolsa estanca hay pequeñas bolsas con cremallera correspondientes a la comida de cada día». Por supuesto, todas estas bolsas también se tiene que cambiar de banda en cada bordo para que estén siempre en barlovento tal como se hace con las velas. Jérémie Beyou, Vincent Riou y muchos otros utilizan un sistema similar en la organización de sus comidas.

Sin embargo, Sébastien Josse se ha vuelto un sibarita ya que la comida que lleva a bordo está preparada nada menos que por Julien Gatillon, chef del restaurante 1920 en Megève con una estrella Michelin. «Lo que este chef cocina está realmente delicioso» comentó Sébastien antes de contar otra anécdota, que dice mucho acerca de la importancia psicológica de la comida a bordo: «Una vez, me las apañé para conservar una naranja desde Francia hasta que llegué a Nueva Zelanda. La protegí como si fuera un tesoro, y el momento de morderla fue mágico!»

Algunos extras necesarios.

Hay otro aspecto importante a considerar además de la comida y es la cuestión del placer. Esto es esencial, ya que afecta el estado de ánimo y por lo tanto el rendimiento del patrón. Alex Thomson ya ha calculado junto con su entrenador, Lawrence Knott, que puede llegar a perder alrededor de doce kilos durante la regata y, por tanto, ha adaptado sus suministros a este cálculo. Sin embargo, no se ha olvidado de los cacahuetes, ya que «cuando las cosas se ponen difíciles, el simple placer de abrir una bolsa de cacahuetes puede ser el mejor momento del día!». Algunos llevan dulces, chocolate, gominolas, pastillas de frutas, avellanas… en otras palabras, chupetadas para picar. Otros, como Vincent Riou, llevan a bordo embutidos envasados al vacío, su pequeño placer del día, mientras que otros llevan hígado de bacalao, sardinas en aceite o latas de paté. Y no hay que olvidar el foie gras para la Navidad, el pan especial de Les Abers o la Trinité, que se conserva perfectamente durante la primera quincena de regata.

Para concluir este tema, también hay grandes progresos científicos en relación con la alimentación a bordo. Kito de Pavant, por ejemplo, será objeto de seguimiento durante la regata para analizar su situación nutricional. El profesor Patrice Darmon, Jefe de endocrinología, especialista en metabolismo y alimentación en el hospital de Marsella, explica que este estudio no sólo va a ser útil para la elaboración de dietas para los patrones para mejorar su rendimiento físico y su estado de ánimo, sino también porque va a ser una manera de encontrar mejores soluciones para la alimentación de las personas en condiciones extremas, sometidas a grandes dosis de estrés y/o a personas con horarios de trabajo irregulares».

Saludos y buenos vientos

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