Dave Kneale/Volvo Ocean Race

Jordi Calafat, uno de los cañas del Telefónica Azul, admite antes de salir que se quedaría en tierra con sus cuatro hijos. “Serán unas condiciones incómodas y realmente duras, pero hay que hacerlo; no tenemos otra opción. Estamos pensando más en cómo llegar a China que en ganar”.

“El sentimiento de todo el mundo creo que es el mismo, que es ir con un poco de cuidado”, añade Iker Martínez, patrón del barco español, quien hace cinco meses ganaba en Qingdao la medalla de plata olímpica de 49er. “Hay que mimar el barco… Tal vez sea la última etapa en la que encontremos este tipo de condiciones, y aunque con cuidado, por supuesto que vamos a luchar por la victoria”.

Por su parte, el veterano Neil McDonald reconocía que tal vez tengan que quitar el pie del acelerador:“Estos barcos no están diseñados para realizar una etapa completa ciñendo en 40 nudos de viento, así que tendremos que aflojar el ritmo, lo que no es fácil”.

“Será muy duro, y realmente no me apetece mucho”, indica Fritz Koek, quien la pasada semana recibía una llamada para incorporarse como navegante a bordo del Delta Lloyd. “Tenía mis dudas sobre si hacerlo o no, pero ahora estoy nervioso y excitado”.

Cuando han pasado diez horas desde la salida, la flota ha recorrido ya más de 100 millas y continúa formando una piña compacta con una separación entre los siete barcos de sólo 5 millas.

Los barcos se encuentran navegando en ceñida, con un viento de 15-16 nudos y ya han pasado el estrecho de Singapur, por lo que ahora se adentran rápidamente en el peligroso mar de China Meridional. Toda la flota navega a 13 nudos a excepción del Green Dragon que navega un nudo más lento.