Didac Costa…Un día en la oficina
Didac Costa se prepara para doblar Hornos y Pip Hare vuelve al modo en regata
«Estoy preparándome para pasar una zona complicada de mal tiempo que viene ahora; justo ahora comienza a arrancar el viento y estoy esperando estas próximas 24 horas que serán muy duras. Ayer tuve 30/35 nudos de viento y chubascos, aflojando durante tres horas a 25 nudos, pero ahora vuelve a subir hasta los 35 nudos. Estoy bastante cansado porque estoy pendiente de esta zona de mal tiempo. Para pasar esta zona, tengo casi todas las maniobras listas; estoy navegando con casi toda la mayor arriada, solo con la parte superior izada y el J3, a ver si aguanto así o tengo que subir el tormentín.
«Tengo el Cabo de Hornos en el punto de mira; creo que podré pasarlo en unos cuatro días»
Didac Costa
Hace unos cuatro días, en una trasluchada, la mordaza del rizo patinó, la vela se apoyó contra el mástil y se rompió un sable de la mayor. Llevaba tres rizos puestos así que la vela no sufrió mucho. A las pocas horas aflojó un poco el viento y logré cambiarlo. También el cable de la veleta del tope de palo está en mal estado por lo que no me daba buenas lecturas de la velocidad del viento, aunque si de la dirección, por eso utilizo la veleta de popa, aunque es complicado ya que con mucha ola no funciona muy bien. Como consecuencia, el piloto de viento, cuando hay mucha ola, no va muy bien.
Ya tengo el Cabo de Hornos en el punto de mira; creo que podré pasarlo en unos cuatro días, sobre el día 12. Ahora estoy pendiente de la zona de mal tiempo que tengo que cruzar con viento del sur y que durará un par de días, luego me entra un frente que no es muy activo, así que supongo que doblaré Hornos con los restos de este nuevo frente. Creo que la situación no va a ser muy complicada»
Pip Hare vuelve al modo en regata
¡Perfecto! Pip Hare ha reemplazado su timón de babor en las profundidades del Pacífico Sur…
«Me duele cada rincón de mi cuerpo, tengo los nudillos ensangrentados, moretones en piernas y músculos. No sabía que podía sentir tanto dolor, pero ¡¡¡SÍ!!! El nuevo timón está instalado y el Medallia está de regreso a la regata.
Alan Roura tuvo que reemplazar un timón en este barco, en una zona del planeta bastante similar, cuando estaba compitiendo con La Fabrique en la Vendée Globe de 2016. Hablé con Alan sobre esta historia y siempre me asombró que fuera capaz de cambiar un timón en el Océano Austral; no podía imaginar lo difícil que debió haber sido. Gracias a escuchar esa historia, hice construir un timón de repuesto para mi regata y Joff y yo practicamos el procedimiento para hacer el cambio solo dos semanas antes de la salida en Le Sables D’Olonne. Pero cada vez que pensaba en Alan cambiando el timón en el océano Austral, tenía dudas sobre yo si sería capaz de hacerlo.
Ayer estaba muy asustada. Las condiciones estaban lejos de ser ideales, un gran oleaje y el pronóstico de una zona de vientos suaves entre los grandes vendavales. Hablé sobre el procedimiento con Joff y con Paul; mi principal preocupación era reducir la velocidad del barco lo suficiente como para que el timón entrara y que el barco aterrizara sobre la mecha del timón y lo dañara o se dañara el casco. Eventualmente, con una sujeción a la espalda y con 16-18 nudos de viento, me lancé a por él.
Creo que todo el procedimiento me llevó aproximadamente una hora y media, pero con muchas horas de amarres y preparación antes y después. Todo el tiempo tuve el corazón en un puño. Corrí alrededor de la cabina, enrollando los cabrestantes, tirando de las cuerdas, deslizándome sobre la parte trasera del barco para agarrar, tirar, manipular las cuerdas del timón y la cadena del ancla. Una vez que me propuse hacerlo, no había nada que se interpusiera en mi camino. Hubo algunos momentos difíciles y tuve que suplicarle a mi barco y al océano un par de veces, pero cuando la mecha del nuevo timón finalmente subió disparada a través del paso de la cubierta, el grito que di podría haberse escuchado fácilmente en varias millas a la redonda… si alguien hubiera estado allí para oírlo.
Ahora estoy de vuelta en el juego, la brisa ha aumentado y el Medallia está tarareando a 15 nudos… no puedo creer que lo haya hecho.
Siempre he dicho que una de las cosas que más me atrae de la navegación en solitario como deporte es que me permite convertirme en la mejor versión de mí misma. Cuando estás sola en medio de un océano, no hay una opción fácil. Debes afrontar cada problema de frente y encontrar la solución desde dentro. Esta regata tiene desafíos en todos los aspectos de lo que supone ser un ser humano, en todos los niveles nos vemos obligados a realizar y hacer cosas extraordinarias. Esto se puede ver en toda la flota, ya que cada patrón se enfrenta a sus propios problemas después de 60 días de regatas, todos luchando por permanecer en el juego. Estoy orgullosa de ser una de este grupo. Estoy orgullosa de ser una navegante en solitario que compite en la Vendée Globe.
Ahora, ¿puedo tener un ticket para salir del Océano Austral? Creo que aquí he terminado, por ahora».
Saludos y buenos vientos
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