El Apivia gana la Transat Jacques Vabre en la clase Imoca
Charlie Dalin y Yann Eliès, a bordo del Apivia se han proclamado vencedores de la 14ª edición de la Transat Jacques Vabre Normandie Le Havre en clase IMOCA, después de cruzar la línea de llegada en la Bahía de Todos los Santos en Salvador de Bahía ayer domingo 10 de noviembre de 2019 a las 00:23:00 (UTC), tras 13 días 12 horas 8 minutos y 0 segundos de regata.
El Apivia cubrió el recorrido teórico de 4,350 millas a una velocidad promedio de 13.42 nudos, pero en realidad navegó 5.061.85 millas a una velocidad media de 15.62 nudos. A pesar de las condiciones mucho menos propicias en esta edición, sólo estuvieron cuatro horas por encima del récord establecido por Jean-Pierre Dick y el co-skipper de Dalin este año, Yann Eliès, (13 días 7 horas 36 minutos y 46 segundos).
Eliès, de 45 años, se reafirma en la élite con su tercera victoria en la Transat Jacques Vabre Normandie Le Havre, y conserva su título después de haber ganado también en clase IMOCA en 2017. Ya había vencido en clase Multi50 en 2013. En total, esta ha sido su sexta participación.
Para Dalin, la victoria es aún más dulce. Nacido y criado alrededor de Le Havre, es muy posible que alguno de los miles de niños pequeños que se inician en clase optimist a través de la Normandy Sailing League lo acabe emulando.
El Apivia no era el gran favorito, pero algunos expertos señalaban que eran un equipo experimentado que ya había terminado tercero en clase IMOCA en 2015, la única Transat Jacques Vabre que había disputado Dalin con anterioridad. Tenían una confianza discreta al principio y tenían uno de los cinco últimos foilers de última generación en la línea de salida. El único factor en su contra era que había sido botado en agosto, mientras que el Charal había tenido un año más para conocer el barco.
Después de un comienzo cauteloso, el Apivia formó parte del gran pelotón en el Canal. Cuando pasaron la primera depresión, se dirigieron hacia el sur con un grupo comandado por el Initiatives-Cœur. El Charal tomó la iniciativa, pero dudó y ajustó el rumbo en el cabo Finisterre, mientras que un grupo de cinco IMOCA, incluido el Hugo Boss, invirtió fuertemente en el oeste. El dividendo que buscaban se perdió por completo en una alta presión que surgió cuatro días después.
El 30 de octubre a las 19:00 UTC, el Apivia tomó la delantera de la regata entre el grupo del sur. En ceñida, el barco diseñado por Verdier, parecía ser muy rápido, y sacó una pequeña ventaja al acercarse a la alta presión alrededor de Gibraltar. El 1 de noviembre, al final de la mañana, el Apivia envió un video increíble. Mostraba al Charal volando por encima de ellos, aparentemente tres nudos más rápido en las condiciones ligeras que al Charal le benefician especialmente. Mostraban seguridad y generosidad al enviar el video, pero ¿mostraban la vulnerabilidad del Apivia ante los vientos alisios del noreste?
El Charal había tomado la delantera y parecía extenderla sin remordimientos. La posición del Apivia parecía precaria cuando entraron en las calmas ecuatoriales con el 11th Hour Racing que les había perseguido en los vientos alisios hasta estar prácticamente igualados.
Pero las calmas lo cambiaron todo. La ventaja del Charal alcanzó un máximo de 120 millas el 5 de noviembre a las 11:00 (UTC). Nadie podía imaginar en este momento que al barco negro le esperaba el peor escenario posible. Charlie Dalin y Yann Eliès tuvieron la intuición y el conocimiento para desplazarse 50 millas hacia el este. Gracias a ello, apenas se detuvieron mientas que el Charal se vio frenado durante días. El Apivia salió de las calmas el 7 de noviembre, ya navegando a 15 nudos. El segundo barco ya no era el Charal sino el Banque Populaire, 225 millas atrás. Las calmas le habían costado al Charal más de 400 millas.
Después de eso, los únicos barcos que podían evitar la vitoria del Apivia eran los pesqueros de la costa noreste de Brasil. A sólo 72 millas de la llegada, Dalin dijo que no era su estilo dar por hecha su victoria y que todavía estaban en «modo transatlántico» disfrutando de un hermoso día navegando en aguas tranquilas. No se daba nada por sentado, pero durante las últimas 1,000 millas se dirigían hacia la victoria sin oposición.
fuente: https://www.imoca.org/
Saludos y buenos vientos
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