Una entrevista especial con Jimmy Spithill para «World», la revista Pirelli.

En el mundo de la navegación, el australiano Jimmy Spithill es conocido como el especialista en remontadas imposibles, pero sobre todo en los barcos que «vuelan».

Esa reputación surgió cuando, como patrón del Oracle Team USA, defendió la Copa América en 2013 y remontó un 8-1 en contra con el Emirates Team New Zealand al dominar rápidamente el uso de los foils. Estos apéndices debajo del casco dan la apariencia de que el barco está realmente volando y el equipo de Spithill «voló» a la victoria en el match final.

Ahora, su brillante intuición y experiencia están al servicio del Luna Rossa, ya que se reincorpora al equipo tras haberlos llevado a la final de la Copa Louis Vuitton en el 2007 como timonel. Su regreso es una clara declaración de intenciones para la Copa América 2021. Como Challenger of Record, el equipo italiano quiere arrebatarles la copa de las manos a los vigentes campeones, el Emirates Team New Zealand, que ostentan el título de Defensor, y que se llevaron el trofeo que poseían el Oracle Team USA de Spithill en la edición del 2017.

El barco, por otro lado, es totalmente nuevo: ya no es un catamarán, sino un monocasco ‘volador’ de 75 pies. En lugar de una quilla convencional, tiene dos foils contrapesados en forma de T que le proporcionan elevación y velocidad. Las reglas que definen los parámetros de diseño para los equipos imponen restricciones a los componentes de los barcos (cascos, mástiles, timones, foils, velas), lo que los lleva a construir menos, a realizar más simulaciones por ordenador y a reducir las pruebas en el mar. Las novedades técnicas para la próxima Copa América parecen estar destinadas a trazar una línea, a marcar un «antes» y un «después» en la navegación. En esta edición, los nuevos barcos presentarán a las tripulaciones con una serie de diferentes desafíos que los obligarán a pensar de manera diferente. El ambiente perfecto para Jimmy Spithill.

¿Qué significa para usted «ir más allá de sus límites» en la navegación y en el deporte en general?

Creo que ir más allá de tus límites, salir de tu zona de confort, es la mejor manera de ver cómo reaccionas, de entender a donde de lejos puedes ir, de descubrir realmente quién eres y de empujarte más y más lejos. Creo que eso se aplica a todos, no solo a los atletas. Porque, en general, encontrarte en un entorno diferente al que conoces es la mejor manera de mejorar, quizás la única manera verdaderamente efectiva.

Para muchas personas usted es «el hombre que hace volar los barcos». ¿Cómo se siente cuando se levanta el barco y se sale del agua?

En estos días, los «foils» están omnipresentes, los encuentras hasta en los barcos más pequeños, incluso algunos tipos de tablas de surf usan foil. Pero hace solo unos años, por ejemplo, en la America´s Cup en San Francisco (en 2013), esta tecnología era desconocida. Ninguno de nosotros tenía idea de qué hacer. La única opción era llegar ahí y aprender. Obviamente, al principio todos tenían dificultades, pero esto es solo una parte del proceso de aprendizaje con el que todos tenemos que lidiar. En mi opinión, navegar por completo sobre los foils es una experiencia de la que nunca te puedes cansar.

Cuando hablamos de atletas en la cima de sus deportes, siempre enfatizamos su competitividad, su impulso que puede legar a bordear la obsesión. ¿Es eso cierto para ti?

En cierto modo creo que eso es así. Creo que podrías describirlo como una obsesión. Es algo que te impulsa constantemente a dar un paso más, particularmente en una competencia como la Copa América, donde es muy importante que se coordine como grupo. Si eres lo suficientemente bueno y tienes la suerte de ganar, siempre es el resultado del trabajo en equipo. Pero soy el tipo de persona que inmediatamente quiere volver a la refriega y recrear esa emoción en otro contexto, porque solo en otro contexto puedes ir más allá. Y al final se convierte en una adicción.

¿Alguna vez ha pensado en probar una disciplina de navegación diferente?

Creo que una de las mejores cosas de la navegación es que hay muchas disciplinas, cada una concebida y desarrollada de manera diferente de las demás. Esto me puede ayudar; Me refiero a probar otros tipos de navegación que te permite ver las cosas desde un ángulo diferente, y esta experiencia te ayuda cuando estás compitiendo.

Uno tiene la impresión de que en la navegación, y particularmente en la Copa América, la tecnología es cada vez más decisiva. ¿Podría este aspecto llegar a ser más importante que el de ser buenos regatistas?

Es cierto, en la Copa América cada vez es más importante conocer el instrumento con el que estás tratando; necesitas conocer cada detalle, cualquier cosa que pueda hacer que el barco vaya un poco más rápido. Pero la química que existe entre el equipo y los ingenieros es aún más importante. Deben saber cómo comunicarse y trabajar juntos como un equipo real, de lo contrario no llegarán muy lejos.

¿Está en comunicación con el equipo de ingenieros mientras se construye el barco?

Mantener un diálogo con ellos es esencial porque te ayuda a conocer mejor el barco. Y realmente nunca dejas de aprender. Afortunadamente para mí, la Copa América es un verdadero imán para los grandes trabajadores, para las personas que aman su trabajo y que lo han dominado a su nivel más alto.

¿Cómo concilia la vida un navegante ‘top’ con su vida privada? Y, sobre todo, ¿el hecho de ser padre y marido ha influido en su enfoque del trabajo?

Reconciliar las dos cosas es la parte más difícil, o eso creía. Casi solía pensar que lo uno excluía a lo otro, que necesitaba elegir. El secreto radica siempre en encontrar un equilibrio. Pensé que al trabajar en el equipo de la Copa América sería complicado tener una familia. Pero no es así, porque te da nueva energía, ya no lo estás haciendo por ti mismo. Ahora los tienes en tu vida y lo haces por ellos.

Luna Rossa también tiene a Pirelli a bordo como patrocinador, una marca que tiene la innovación, el desarrollo y una mentalidad de investigación continua en su ADN.

Quizás esas son las características más importantes. Si observamos los pasos gigantescos que ha dado la competencia, sobre todo en términos de desarrollo tecnológico, está claro que si verdaderamente no tienes la «mente abierta», si no está preparado para volver a la lucha y ser abierto a la innovación, probablemente quedarás muy atrás.

Estos son barcos que viajan a unas velocidades increíbles, solo debes tener el deseo de entender y conocer el barco en el que estás, de lo contrario, te quedarás varado.

También debo agregar que estás tratando con diseñadores, ingenieros y todo el equipo a diario; La Copa América está llena de profesionales del más alto nivel, y si hay una cosa que no puedes permitirte es ser inflexible o cerrado a la innovación.

La navegación también puede ser un deporte extremo y muy peligroso, especialmente para aquellos que están unidos a la idea de tener que ir siempre un paso más allá de sus límites. Para ser el mejor, ¿es suficiente concentrarse en el entrenamiento, en los aspectos técnicos y físicos, o tiene que poseer una fuerza mental rara, quizás estar un poco «loco»?

Es cierto que la Copa América, y quizás la navegación en general, en cierto sentido se está volviendo más extrema, porque las velocidades son extremadamente altas. Entonces, si lo vemos como una cuestión de reactividad, toma de decisiones, aptitud física o cualquier otra forma de entrenamiento, hay que admitir que los requisitos aumentan constantemente.

Pero también está ese componente mental que constantemente te impulsa a empujar tus límites un poco más lejos, a ponerte a prueba en situaciones de máximo estrés, cuando estás agotado, que ciertamente tiene algo que ver con el concepto que ya he mencionado de querer y saber vivir con situaciones que están fuera de tu zona de confort.

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