20 chicos y chicas de 6º de primaria disfrutaron de una espléndida tarde de piragüismo.

El Club Kayak de Foz, en colaboración con el colegio Martínez Otero, organizó el pasado viernes día 22 de mayo una jornada de «bautismo de mar en piragua» para los alumnos de sexto de primaria del Colegio Martínez Otero. Las condiciones meteorológicas eran ideales para el desarrollo de la actividad; el sol espléndido, la buena temperatura, una suave brisa del nordeste y la marea baja invitaban a disfrutar del mar y de la ría de Foz en esta gran jornada.

Para la inmensa mayoría de los 20 alumnos y alumnas del colegio esta iba a ser la primera vez que navegaran en piragua. El Club lo tenía todo preparado… A las tres de la tarde, las piraguas, chalecos y palas estaban esperando en la punta del muelle a sus temporales dueños. El desfile calle abajo de chandals verdes no se hizo esperar… pasaban quince minutos de las tres de la tarde. Nada más llegar los ‘futuros palistas’ a las instalaciones del Kayak, las voces y risas inundaban el ambiente cuando se vestían el traje de faena en los vestuarios. No pasaron ni cinco minutos cuando los chavales salieron de los vestuarios listos para ir al agua. Estaban todos dispuestos a pasar una hora remando en piragua. Desde la punta del muelle, los chavales observaban los vivos colores de las 20 piraguas varadas que contrastaban con los tonos marrón y ocre de la arena del ‘taro’ – así se le conoce en Foz a los bancos de arena que quedan al descubierto en bajamar -. Tras cruzar andando, con el agua por un poco más de la rodilla, los escasos 20 metros que separan el muelle del taro, los palistas se arremolinaron alrededor de Nacho, su entrenador por un día, para recibir las nociones básicas para disfrutar de un perfecto día de deporte en el agua. Las miradas de los chavales lo decían todo, no perdían detalle de cómo les explicaban la forma de coger la pala, como se debían de sentar, como dirigir la piragua, en resumen, como disfrutar del mar.

El Club Kayak diseñó un dispositivo muy completo para atender todas las necesidades de los aprendices de ‘Iván Alonso‘. En el agua, a los 20 barcos de los colegiales se les unió durante toda la jornada una zodiac de salvamento, un entrenador, un monitor y 6 experimentados palistas, miembros todos ellos del Club Kayak – uno de ellos también alumno de sexto de primaria -. En tierra, las labores de logística, coordinación y ayuda a los chavales las ejercían Alex, su profe de gimnasia, junto a varios voluntarios del club.

Nada más acabar las explicaciones, los 20 piragüistas de la ‘armada invencible’ fueron entrando en el agua para conocer de primera mano que era eso de remar en piragua y todos, sin excepción, la probaron ya que, tras las primeras 4 o cinco paladas, los barcos parecían tener vida propia expulsando a sus ocupantes. Un desastre? No!, para nada!.. Al contrario. Una y otra vez los valientes piragüistas se subían, remaban cada vez un poquito más y volvían a caer… La inmensa mayoría ya disfrutaba con el solo hecho de subir, volcar, vaciar la piragua y volver a subir; los menos, enseguida le cogieron el punto al equilibrio y para algunos las caídas ya no eran a causa de la inestabilidad, sino más bien a causa de los despistes y envalentonamientos – cosa por otra parte muy lógica -. Los miembros del Kayak ayudaban en todo momento para que todos se sintieran seguros y a gusto en el agua, ayudándoles a hacer las maniobras de virada (algo bastante complicado de hacer cuando vas pendiente de no caer) y recuperando a los volcados conduciéndolos a tierra para comenzar de nuevo el ciclo.

Poco a poco el tiempo fue pasando y con su paso también se fue agotando la jornada de bautismo de mar en piragua. El reflujo de la marea iba empujando suavemente a barcos y palistas ría adentro hacia las instalaciones del Kayak. Y casi sin darse cuenta, la ‘armada invencible’ se encontró a la altura de las instalaciones del Club… Era el momento de despedirse del agua salada y darse una buena ducha caliente. Uno a uno, los 20 chicos y chicas fueron abandonando el agua con la inestimable ayuda de los palistas del club, sacando todos los barcos del agua y recogiendo todo el material usado en la actividad. El tema de conversación que más se escuchaba era, empleando una expresión futbolera, la repetición de las jugadas más interesantes…

Tras una buena ducha, entre risas y bromas, los chicos y chicas del Martínez se concentraron en el exterior de las instalaciones del club agradeciendo, con una cerrada ovación, el gran trabajo y dedicación del Kayak durante toda la tarde. Por su parte, el presi y entrenador Nacho, les agradeció su visita esperando y deseando volver a verlos por las instalaciones en este próximo verano. Y tal y como llegó, el desfile de chandals verdes se fue alejando del club perdiéndose de vista por las explanadas del puerto, camino del Colegio, con una nueva y agradable experiencia más en la mochila que esperemos se repita en próximas ocasiones.

Según informa ‘radio macuto’ La expedición del Colegio Martínez Otero quedó encantada con la experiencia vivida, no descartando volver a repetirla en otras ocasiones. Por su parte el Club Kayak quedó muy satisfecho con la buena acogida que tuvo la actividad entre los chavales, destacando el buen comportamiento y su actitud positiva hacia el aprendizaje. Desde el club indicaron que esta experiencia va a tener su continuidad a lo largo del mes de junio con las jornadas de ‘puertas abiertas’ en las que pondrá a disposición de quien lo desee el material necesario para el aprendizaje. En estas jornadas, los niños y niñas de Foz y alrededores podrán probar a remar en piragua tres o cuatro días sin coste alguno solo cumpliendo una condición indispensable: saber nadar. Suerte a todos!

Saludos y buenos vientos.