Tras localizar, en la noche del lunes, una via de agua en el costado de estribor del Safran, Morgan Lagravière y Nicolas Lunven decidieron variar el rumbo y poner proa hacia Brest a donde llegaron a las 23:30 horas de ayer martes (hora de Francia). Rápidamente se hizo evidente de que tal y como estaba el IMOCA no podía continuar en regata, visto lo cual, se tomó la decisión de abandonar la Transat Jacques Vabre.

El Safran, con Morgan Lagravière y Nicolas Lunven a bordo, amarró en Port du Château, en Brest, a las 23:30 horas de ayer martes siendo recibido por su equipo técnico y por los miembros del astillero CDK Technologies, donde se construyó el monocasco. El daño estaba claro para todos: grietas en el encuentro entre el foil y el casco, en el costado de estribor, además de varios mamparos dañados. Ante tal situación, la reparación de los daños solo se podría llevar a cabo en un astillero por lo que a Morgan Lagravière no le quedó otra opción que la de abandonar la Transat Jacques Vabre.

Para Lagravière y Lunven, que participaban en su primera regata IMOCA importante, es una gran decepción. Sin embargo, como buenos navegantes, son conscientes de que hicieron un buentrabajo al llevar el IMOCA hasta el puerto de Brest sin sufrir mayores daños. «La sensación de alivio es mayor que la decepción», dijeron los dos patrones. «Hemos salvado el barco y estamos bien. El resultado podría haber sido mucho más complicado».

Safran reafirma su confianza plena en sus dos patrones y confirma que se hará todo lo posible para conseguir que el barco regrese a la competición al 100% de su potencial lo más rápido posible, a un año del inicio de la Vendée Globe.

Saludos y buenos vientos.