Eric Bellion noveno en la Vendée Globe, primer novato.
De una de las más prolongadas y desafiantes tormentas encontradas por cualquiera de los 29 patrones que salieron de Les Sables d’Olonne el domingo 6 de noviembre del año pasado, emergió triunfante el patrón francés Eric Bellion, asegurando la novena posición en el Vendée Globe cuando a las 16:58 horas de ayer lunes cruzaba la línea de meta. Bellion empleó 99 días 4 horas y 56 minutos en completar su ruta de 28,048 millas a una velocidad media de 11,78 nudos. Es el primer navegante solitario ‘novato’ – alguien que nunca participó en la Vendée Globe – que completa esta octava edición de la regata en solitario alrededor del mundo.
Navegante enormemente experimentado, suma en su currículo una circunnavegación y eso a pesar de que solo lleva compitiendo a bordo de un IMOCA de 60 pies 15 meses. Para un patrón que zarpó con la idea de ver si podía completar uno de los desafíos más difíciles en el deporte global, su noveno lugar está muy por encima de todas sus esperanzas antes del inicio y de todos sus sueños más salvajes. La odisea de Bellion es como un cuento clásico pero el resultado final no llega ni por suerte ni por accidente. El inspirador líder, que supo reunir un excelente equipo de apoyo junto con la empresa Mer Agitée – propiedad del doble ganador de la Vendée Globe Michel Desjoyeaux – , comenzó la regata relativamente despacio, pero fue poco a poco más rápido durante su primera regata por el «gran sur», manejando los desafíos estratégicos y mentales de una subida lenta y ligera del Atlántico Sur y el gran obstáculo final, cuatro días a merced de una importante tormenta en el Atlántico Norte que le arrancó una sección del carril de la vela mayor y que le obligó a navegar las últimas millas a favor del viento a través del Golfo de Vizcaya sin su vela mayor, solo con el foque J3 izado.
El proyecto CommeUnSeulHomme (que significa Estar Unidos) de Bellion promueve la integración de las personas con capacidades diferentes, animando a empresas y organizaciones a acoger a los trabajadores con capacidades distintas para que se den cuenta de las contribuciones tan positivas que realizan. Con el hashtag #appelpourladifference ha movilizado a cientos de miles de seguidores para lanzar sus mensajes positivos. Catorce diferentes empresas con más de 80.000 trabajadores han apoyado su programa.
Antes del inicio Bellion dijo: «Me acerco a la regata con una sensación real de placer. Navegar es mi pasión y me siento como en casa en medio del océano. Navegar en solitario no es algo que haya hecho antes, así que representa un gran desafío. Este Vendée Globe es mi regalo por mi cuadragésimo cumpleaños! Me encuadro entre los navegantes no profesionales, estoy aquí como un aficionado y un aventurero. No me meto ninguna presión. Solo pienso en hacer una regata limpia y en llegar al final orgulloso de lo hecho». Explicando el origen de su pasión por la diversidad y la inclusión, explicó: «Cuando era niño, se burlaban de la tartamudez de mi padre y yo no lo entendía. Más tarde, navegué con tripulaciones mixtas de marineros capaces y con marineros con capacidades diferentes y allí entendí que la diferencia es el factor clave de la felicidad y el éxito de un equipo. Ser diferente es una de las cosas más difíciles de vivir, pero si queremos ser felices y crecer juntos, es el único camino a seguir».
La asociación de Bellion con su barco, el diseño Finot ex DCNS, se hace más fuerte con cada milla navegada. De hecho, su barco nunca había terminado una regata IMOCA importante, nunca había cruzado el Ecuador hasta que él y el joven patrón británico Sam Goodchild corrieron en la Transat Jacques Vabre en el 2015, como la primera gran regata de Bellion. Terminaron séptimos y el capitán francés aprendió mucho. Goodchild comentaba tras la llegada de Bellion: «Eric era claramente un marinero muy experimentado con muchas millas de océano en su haber pero no sabía nada sobre un IMOCA o sobre las regatas en solitario cuando comenzó. Pero siempre dejaba muy claro que quería aprender. Fue impresionante ver lo rápido que aprendió. Sobre todo fue fascinante trabajar con él ya que es increíblemente inspirador. Hace tres años sabía lo básico para estar a salvo en el mar en cualquier condición, y ahora, ahí lo tienes, terminando noveno en el Vendée Globe. Él tuvo un sueño y se dispuso a conseguirlo. Por detrás, cuenta con un equipo muy trabajador que han preparado el barco a la perfección lo que da una idea de cómo Eric gestiona e inspira a todos para dar lo mejor en su trabajo. Al principio tuvo que luchar con todo, por ejemplo, con cómo dormir cuando el barco está haciendo 20 nudos, uno de sus mayores obstáculos al comienzo. Pero, trabajó en los problemas y encontró las soluciones».
El descenso del Atlántico.
Eric Bellion comenzó la regata con muchas dudas de sí mismo, navegando en la parte trasera de la flota. CommeUnSeulHomme hizo un largo camino hacia el oeste para cruzar el Doldrums, donde se reunió con Romain Attanasio (Famille María-Etamine du Lys), que iba a navegar junto a él durante mucho tiempo. Se dirigieron juntos hacia el sur y hablaron entre ellos por el VHF. Poco a poco, el capitán vio que su barco podía hacerlo mejor que terminar 22, pero dudaba de su propia capacidad. «Yo no puedo hacerlo como lo hacen los navegantes solitarios con experiencia. Estoy pisando el freno pero el barco quiere acelerar». Bellion se enfrentó a la regata paso a paso, ganando en confianza a medida que hacía camino por el Atlántico. La oportunidad le llegó al oeste después de que él y otros cinco patrones se agruparan disminuyendo la velocidad para permitir que una gran tormenta pasara por delante de ellos. Cuando aceleraron de nuevo, Bellion navegó firmemente al norte del grupo, pero aumentando su confianza en la forma en que podía navegar su barco, hasta que finalmente se decidió a navegar como sentía que tenía que hacerlo y no tratando sólo de seguir los consejo que le habían dado Desjoyeaux y Goodchild, entre otros. A partir de ese punto navegó mucho más rápido, siendo uno de los más rápidos de la flota a mediados de diciembre y en el Pacífico.
El descubrimiento del ‘gran sur’.
Bellion probó varias formas de trimar el barco, y acabo por acostumbrarse a él. Seguía la estela de Arnaud Boissières, cuando en una fuerte ráfaga lo golpeó rompiéndole la barra de unión de los timones. Tras pasar unas doce horas reparando los daños sufridos, al final se reincorporó de nuevo a la regata, sintiéndose mucho más seguro. En Navidad, para evitar una gran tormenta, Bellion frenó y se encontró con Alan Roura y Enda O’Coineen. Gradualmente aumentó el ritmo en el Pacífico, y superó al grupo formado por Fabrice Amedeo, Arnaud Boissières, Rich Wilson y Conrad Colman. Paso Cabo de Hornos en novena posición el 11 de enero, dos días después de que li hiciera Nandor Fa y diecinueve después de Armel le Cléach… Bellion estaba disfrutando. «No soy el mismo hombre. Ha habido un cambio radical. Las bajas presiones solían asustarme, pero ahora me encanta luchar contra ellas».
Fatigoso ascenso del Atlántico.
Bellion tuvo que quitar las algas de su quilla, evitar las horribles calmas y hacer frente a violentas ráfagas de viento, antes de enfrentarse a las borrascas del Atlántico Norte. «Estoy pasando por el infierno. Esta parte final de la Vendée Globe es la más dura. No esperaba eso»- Durante su última semana, su motor se negó a arrancar por lo que tuvo que ahorrar energía y reparar su potabilizadora. Se enfrentó a condiciones infernales a 48 horas de la meta con vientos de 70 nudos. El carril del mástil se rompió, obligándole a terminar la regata con la vela reducida.
La regata de Eric Bellion.
El día de la salida, Eric Bellion declaró: «Paso a paso, una cosa a la vez. Primero la salida del puerto. No pienso en ganar. Vamos a tratar de divertirnos».
Después de diez días de regata: «me siento un poco especial en esta regata. No me interesan los rankings. Estoy navegando mi propia carrera. Disfruto de cada día en el mar. Me siento cada vez más confiado. No había imaginado tanta emoción al principio. Me llevó 5 o 6 días superarlo. Esta es mi tercera regata en solitario y es una gran regata. Me siento solo, pero no como en tierra firme. Nuestros barcos nos mantienen ocupados durante todo el día. Esta es la primera vez que navego solo durante tanto tiempo. Soy amigo de Isabelle Autissier, quien me dijo que la Vendée es una milla, luego dos, luego tres. Estoy aprovechando todos los días, ya que sé que todo podría terminar mañana».
6 de Diciembre – daño del timón: Éric Bellion informó a su equipo de tierra a las 17:20 UTC que su timón de estribor estaba seriamente dañado. Había navegado en mares muy complicados con vientos de treinta nudos. El barco fue golpeado por en una ráfaga de más de cincuenta nudos. Debido a la violencia del impacto, la barra de unión del timón se retorció. La pala del timón todavía está unida al barco, pero no se puede usar. Navega hacia los 47º (NE) con poca vela para encontrar mares más tranquilos y a donde debe de llegar mañana por la tarde. Ahí es cuando tiene la intención de llevar a cabo las reparaciones e instalar su timón de repuesto.
13 de diciembre – 400 millas al noroeste de Kerguelens, pone rumbo NE más para evitar grandes tormentas.
24 de diciembre – navega muy cerca de Alan Roura
8 de enero junto con Conrad Colman, se sitúa noveno
11 de enero – 90 millas por delante de Conrad Colman: «He doblado el Cabo de Hornos por primera vez desde hace 12 años», dijo Bellion. «Estaba emocionado como un niño en Navidad, es el mismo cabo pero no es lo mismo cuando navegas en solitario. Conozco el Cabo de Hornos, pero esta vez la aproximación es diferente. Puedo deciros que por aquí está bastante complicado. Me alcanzó una tormenta de 45 nudos con granizo y olas enormes. Si la Vendée Globe es un Everest, Hornos está en la cima y el camino hasta Les Sables d’Olonne es el descenso al campamento base».
Saludos y buenos vientos.
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