La selección española de piragüismo finalizaba ayer domingo su participación en la Copa del Mundo de Esprint y Paracanoe totalizando diez medallas en la única prueba internacional de aguas tranquilas de la temporada debido al coronavirus, que el equipo nacional ha rematado consiguiendo seis podios con un oro en C2 200 con Antía Jácome-Antía Otero; tres de plata obtenidas por María Corbera en C1 5.000, María Corbera-Patricia Coco en C2 200 e Isabel Contreras en K1 500, y dos bronces a cargo de Sete Benavides en C1 200 y Paco Cubelos-Iñigo Peña en C2 1.000.

El botín de la armada española sumó en los días previos otras cuatro medallas, tres en esprint oro y plata en K2 500 con Albert Martí-Roi Rodríguez y Pelayo Roza-Pedro Vázquez, respectivamente, y bronce de María Corbera en C1 500-, y una en paracanoe con el segundo puesto de Juan Valle en KL3.

El campo de regatas de Szeged (Hungría), un referente inequívoco de las grandes gestas del piragüismo mundial, ha silenciado el rugir habitual de miles de aficionados, ofreciendo una imagen inusual marcada por la COVID-19, que redujo la participación a unos 400 deportistas de 26 países, con un buen número de ausencia relevantes.

El combinado español ha afrontado la cita internacional bajo las estrictas medidas del protocolo sanitario establecido por la RFEP en torno a una burbuja sanitaria en busca de una mayor protección de la delegación, con 27 palistas en sus filas.

El equipo español ha dejado el sello de su potencial acaparando oro y plata en una misma prueba (C2 200 mujeres y K2 500 hombres), clasificando dos embarcaciones para una misma final en pruebas olímpicas (K2 1.000 masculino), haciendo triplete una misma palista (María Corbera), proclamándose ganadora una júnior de 17 años (Antía Otero) y regresando con medalla los olímpicos Sete Benavides, Paco Cubelos e Iñigo Peña.

Saludos y buenos vientos