¿Hong Kong – Cabo de Buena Esperanza en menos de 15 días?

Con una ventaja esta mañana de más de 770 millas sobre el poseedor del récord de la Ruta del Té, Francis Joyon espera doblar la marca simbólica del Cabo de Buena Esperanza dentro de cuatro días, menos de 15 días desde su salida de Hong Kong. Navegando bajo unas condiciones climáticas particularmente difíciles, con las transiciones entre los sistemas climáticos que dificultan el trabajo de la tripulación, Francis Joyon ha trazado una buena trayectoria a través del vasto desierto del Océano Índico meridional. El Atlántico está llamando a la puerta con la promesa de un poco de navegación a favor del viento, situación ideal para acelerar el ritmo y aumentar la ventaja sobre el tiempo de récord.

«Estamos navegando en contra de los sistemas»

El daño y los ciclones ahora están por su popa. El IDEC SPORT emerge después de unas 48 horas muy difíciles, pero con una ventaja sustancial sobre su rival virtual, el poseedor del récord de la Ruta del Té. «Aprovechamos la calma ayer al amanecer para cambiar la driza de vela mayor», explicó Joyon. «Antoine Blouet subió al mástil y 30 minutos después, izamos la vela mayor y volvimos al modo carrera». Detrás de dos áreas activas de bajas presiones, el maxi trimarán se ha desplazado de un sistema que se desplaza muy rápidamente hacia el este a otro. «Estamos navegando en contra de los sistemas meteorológicos», sonrió Francis. “Anoche cruzamos por un paso dentro de la borrasca en la que había vientos del norte seguidos de una zona de calmas, luego el viento del sur muy frío de la Antártida se fortaleció con ráfagas muy fuertes. El barco se agitaba en medio de un mar desagradable. En este momento nos estamos acercando al centro del anticiclón. Solo tenemos doce nudos de viento y nos estamos preparando para cambiar de rumbo y dirigirnos hacia el sur amurados a estribor. Estos cambios nos mantienen ocupados, ya que cada vez que cambiamos de sistema meteorológico, tenemos que hacer muchas maniobras …” Con otra baja por proa prevista para esta noche, acercarse al extremo sur del continente africano es tan táctico como siempre. «Tenemos que pensar mucho a bordo del barco», dijo Francis. «Toda la tripulación está involucrada en analizar nuestra ruta con el apoyo de Christian Dumard, quien es muy claro en sus pronósticos».

Cuatro días muy tácticos antes del Cabo de Buena Esperanza

Navegando en medio de un fuerte oleaje del oeste causado por el último sistema de bajas presiones, el IDEC SPORT está dando pantocazos y, a veces, se ha visto obligado a reducir la velocidad. Pero Francis, Christophe (Houdet), Antoine (Blouet), Bertrand (Delesne) y Corentin (Joyon) tienen una visión clara de su ruta hacia el Cabo de Buena Esperanza. Tendrán que seguir adaptándose a los sistemas meteorológicos que les esperan. Apenas pueden esperar para volver al Atlántico. «Nos estamos hartando un poco de navegar con el viento por el través o la amura. Tenemos muchas ganas de navegar a favor del viento y acelerar en el Atlántico Sur”, admitió Corentin, el tripulante más joven. «Esperábamos los vientos alisios en la India, pero no los vimos, así que tuvimos que adaptarnos», subrayó Francis Joyon, que sigue siendo tan positivo como siempre.

El desierto Índico

El IDEC SPORT está allí solo, cruzando el sur del Océano Índico. Francis comprende perfectamente cuán grande y magnífico es el océano. “Pasar por el estrecho de Sunda fue horrible. Es un lugar donde durante 100 millas o más, el Mar de China elimina sus desechos plásticos. Vimos todo tipo de basura flotando, contenedores de gas, refrigeradores y miles de pedazos de plástico … Tuvimos que navegar un largo camino hacia el Océano Índico para encontrar aguas claras. Durante unos días, hemos podido apreciar completamente este desierto. Solo hemos visto dos barcos en el AIS. Durante dos días, tuvimos la suerte de estar acompañados por dos tímidos albatros. Se divirtieron con nosotros yendo de un lado a otro del barco detrás nuestra. Fue un momento mágico”. La vida a bordo coincide con el ritmo del intento récord. «La tripulación está contenta y come mucho«, sonrió el capitán Francis. “Los primeros once días del viaje nos permitieron tener una mejor idea de cuánta comida nos iba a hacer falta. Es un alivio saber que almacenamos la cantidad justa y que podremos seguir comiendo bien hasta el final, a pesar de nuestros sanos apetitos. Estamos con la ropa térmica pero el clima es húmedo y no hace tanto frío. Las temperaturas están más cerca de lo que tenemos en las noches de verano en la Bretaña».

Saludos y buenos vientos

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