En memoria de Florence Arthaud.

Una de las grandes navegantes francesas, Florence Arthaud, de 57 años, fallecío ayer lunes en un accidente de helicóptero durante la grabación de un programa de televisión en Argentina. En ese mismo accidente fallecíeron diez personas, entre ellas otros dos deportistas franceses, la nadadora Camille Muffat y el boxeador Alexis Vastine. El mundo de la vela está conmocionado con este luctuoso suceso.

Desde este pequeño rincón en la red, me uno a los sentimientos de pésame a todos los familiares y amigos de Florence Arthaud y de todas las víctimas.

Florence Arthaud era conocida como “la novia del Atlántico”, desde que en 1990 ganó la cuarta edición de la Route du Rhum (en 14 días 10 horas y 10 minutos). A la edad de 33 años, se alzó con la victoria de la prestigiosa regata transatlántica en solitario a pesar de los problemas que tuvo a bordo de su trimarán Pierre 1er: el piloto automático y la radio se averiaron, y sufrió una hernia cervical.

Hija de Jacques Arthaud, editor de historias de grandes marinos, Florence lo dio todo en el mundo de la vela oceánica. En 1986, durante la Route du Rhum, se desvió para asistir a Loïc Caradec. Fue la primera que encontró el catamarán Royale II, sin señales de vida del skipper. Una desaparición en el mar que ella mismo estuvo a punto de vivir, el 29 de octubre de 2011. Durante una travesía de noche, se cae al agua pero consigue llamar a su madre con el teléfono móvil estanco; poco despues, los servicios de rescate la encuentran consciente pero en estado de hipotermia. Ella no le daba mucha importancia a este percance. Había sido solo un «mal momento». «He sufrido varios naufragios, pero eso no me quita para nada la felicidad de navegar», comentó durante una entrevista a bordo de un velero. Sin embargo, la suerte ene sta ocasión no la acompañó, cumpliéndose una de sus frases más repetidas: «mañana estaremos todos muertos».

Florence Arthaud había regateado con los más grandes navegantes franceses, como Bruno Peyron y Loïc Péan. Navegó mucho ‘a dos’ con Jean Le Cam, con quien quedó segunda en la Transat Ag2R de 1996. Residente entre Paris y Marsella, se había alejado de la navegación oceánica pero seguía frecuentando los pantalanes con pasión. “He vivido la vida de un espíritu libre y aventurero”, así se había descrito a sí misma, mientras que en 2009 Le Cam comentó: “Ella es aún un monumento”.

Saludos y buenos vientos.