La pócima de la eterna juventud para neumáticas se llama Retubing
Duplicar la vida de una semirrígida es posible gracias a una operación consistente en sustituir el flotador y revisar completamente el resto de componentes.
Retubing ofrece esta pócima de la eterna juventud que no discrimina esloras, marcas o modelos, y que cuenta con la garantía del grupo internacional Vanguard Marine.
Bien mantenida, una semirrígida (por definición, embarcación de casco rígido rodeado de tubo presurizado) puede disfrutar de una vida útil de entre 12 y 15 años. Alcanzar esa edad crítica depende de factores como la intensidad de uso o un correcto mantenimiento, pero tarde o temprano llegará el momento de actuar si queremos seguir disfrutando de la navegación con seguridad. De todos sus componentes, el que antes caduca es el flotador –principalmente por su exposición directa al sol y a la intemperie–, pero la buena noticia es que se trata de una pieza reemplazable a través de una operación denominada retubing.
“En general, se detecta la necesidad de un retubing a través de las inspecciones de mantenimiento”, explica Paco Pereira, responsable de Retubing en Vanguard Marine. La legislación indica que las embarcaciones con esloras a partir de seis metros deben pasar una ITB (Inspección Técnica de Barcos) periódica cada cinco años como máximo. En el caso de las semirrígidas, si se detecta daño severo en el flotador puede suponer motivo de rechazo. Un retubing a tiempo garantiza superar la inspección y despreocuparse al menos durante un lustro.
¿Qué es Retubing?
Retubing es sustituir el flotador dañado de una embarcación por uno nuevo manteniendo el casco original. Un procedimiento que sólo realizan con todas las garantías reparadores profesionales como Retubing, que aporta personal experto con más de tres décadas de experiencia y la garantía del fabricante de semirrígidas Vanguard. “Tras desmontar el flotador, limpiamos el casco, rasuramos con lija para eliminar los restos de cola antigua, revisamos las partes del casco que pudieran estar dañadas –alguna fisura o algún daño en el poliéster– y volvemos a limpiar con disolventes fuertes».
Una vez desmontado el flotador antiguo y preparado el casco, comienza la operación de ensamblaje del flotador nuevo. “En la segunda fase se aplica la cola de doble componente más adecuada para cada tipo de flotador. El proceso de ensamblado es exactamente el mismo que se sigue durante la fabricación de una unidad nueva, utilizando las mismas colas, los mismos materiales de unión,… Queda una embarcación completamente nueva, como recién salida del astillero, por lo que al finalizar la operación se puede decir que inicia una segunda vida”. El equipo técnico de Vanguard Marine, que cuenta con más de 35 años de experiencia y más de 60.000 flotadores entregados en todo el mundo, gestiona su división Retubing con un catálogo que cubre prácticamente todo el mercado de semirrígidas en sus diferentes esloras. En caso de no disponer de la referencia exacta, la firma tiene la capacidad de replicar el flotador original.
Personalización total
Otra de las ventajas del servicio ofrecido por Retubing es la posibilidad de personalizar la embarcación. Además de reparar y reponer los componentes originales, el cliente puede solicitar que se refuerce o modifique el equipamiento con elementos que no incorporaba la semirrígida al llegar a taller. “Cuando eliges el cambio de flotador puedes pedir cualquiera de los materiales disponibles en el mercado (PVC, neopreno Hypalon o PU poliuretano), combinado con las diferentes opciones de color y un amplio catálogo de elementos de remate: anillas metálicas de inox con cabo relingado, válvulas de sobrepresión, asas en el propio material del flotador haciendo combinación de colores, antideslizantes y paños de refuerzo,… Todo a medida del cliente”. Literalmente, Retubing no sólo ofrece una segunda vida para la semirrígida, sino también la posibilidad de mejorarla con todo tipo de accesorios.
Una operación rentable
La operación de retubing supone una porción del coste de adquirir una semirrígida nueva. En palabras de Paco Pereira, los precios de esta cura de rejuvenecimiento oscilan entre un 25 y un 30% del valor de un barco nuevo. Todo ello con la misma garantía que una embarcación recién salida de fábrica. No es de extrañar que entre los clientes de Retubing se encuentren las flotas profesionales que realizan un uso más intensivo de sus embarcaciones, como Aduanas, Guardia Civil, Cruz Roja, Protección Civil o clubes náuticos.
Muy cerca
Retubing se encuentra en plena fase de expansión para acercarse al cliente final. «Además de nuestros centros oficiales, ofrecemos servicio a domicilio, algo especialmente valorado en lugares de logística complicada como los territorios insulares lejanos como Canarias o Azores, donde no es fácil encontrar profesionales dispuestos a realizar el retubing”, explica Pereira. Una operación completa para un barco de 5,5 metros, dependiendo el momento de la temporada en la que estemos, puede oscilar entre dos y tres semanas desde recepción hasta entrega.
Saludos y buenos vientos
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