Pilotos automáticos, la revolución silenciosa de las regatas en solitario

El dispositivo para el control y gestión de la dirección del barco es algo de lo que ningún navegante solitario oceánico puede prescindir. Pero los modernos pilotos automáticos van mucho más allá de simplemente mantener un rumbo constante. La generación actual de estos sofisticados sistemas no solo gobierna el barco más rápido de lo que la mayoría de los humanos pueden hacer, sino que está cambiando la forma en que se navegan e incluso se diseñan los modernos IMOCA 60.

Sin embargo, para el público aficionado, hay muy pocas pistas visuales sobre estos enormes avances técnicos que se están produciendo. De hecho, es tan grande este avance que el deporte en su conjunto podría enfrentarse a una decisión crucial sobre hasta dónde se debe permitir que llegue la asistencia mecánica.

Sin embargo, sea cual sea el resultado de este acertijo a largo plazo, la conclusión es simple, los modernos sistemas de piloto automático están en el momento de poder ofrecer uno de los mayores cambios en una amplia franja del deporte náutico, tanto en las regatas como en la navegación de crucero.

Entre las muchas razones de este gran paso adelante se encuentra la capacidad de controlar los complejos movimientos a bordo, especialmente navegando. Comprender este movimiento en detalle es el primero pero esencial paso para poder anticipar cual será el movimiento del timón. En el pasado, los compases con tecnología fluxgate proporcionaban un medio de detección de movimiento, pero para los estándares y expectativas actuales eran demasiado inexactas. Hasta hace relativamente poco tiempo, para que un piloto automático sintiera el barco lo suficiente como para mantener en rumbo preciso un barco de regatas se requería una costosa brújula giroscópica que solo las campañas profesionales podían permitirse, como la Vendée Globe, la Transat, etc.

Hoy en día, la detección precisa del movimiento es mucho más barata y eficiente, ya que se utilizan sensores similares a los que se usan en los teléfonos inteligentes, que detectan el cabeceo, el balanceo y la guiñada, cada uno en tres ejes diferentes. Estos sofisticados sensores de movimiento son ahora muy comunes en muchos pilotos automáticos modernos. Ser capaz de monitorear la actitud del barco en un momento dado para cualquier conjunto de condiciones permite que un software aprenda cómo se comporta un barco en particular.

Con las predicciones de rendimiento de los diseñadores de barcos como objetivo, los sistemas modernos de piloto automático hacen todo lo posible para lograr el objetivo del rendimiento. «He estado trabajando con Madintec en el sistema de piloto automático a bordo de mi barco, el Initiatives Coeur», dijo la patrona inglesa Sam Davies. “Madintec proporciona los sistemas de piloto automático a muchos de los multicascos clase Ultime y, entre las distintas configuraciones disponibles, hay una que dirige el barco para mantener un ángulo de viento aparente y una velocidad que hace cosas que ni en sueños probaría si estuviera gobernando el barco. A veces resulta un viaje bastante violento».

Pero este es un viaje que Sam y otros patrones están aprendiendo a comprender.

«Definitivamente, mi piloto automático navega más rápido que yo», continuó. “Cuando navegas en solitario o a dos, hay ocasiones en las que no puedes trimar suficientemente rápido las velas para seguirle el ritmo del piloto automático. El resultado es que hay que navegar de forma diferente, hay un nuevo estilo de navegación por aprender”.

A medida que aumentan las velocidades del barco, también lo hacen las velocidades aparentes del viento, que a su vez hacen que el ángulo aparente del viento avance más. Las velocidades del viento más altas y los ángulos más cerrados están influyendo en el diseño de las velas de proa.

Además de esto, dado que los patrones no pueden trimar lo suficientemente rápido sus velas para igualar los nuevos movimientos que el piloto automático le está haciendo al barco, el diseño de la vela también ha tenido que cambiar para crear formas de vela que puedan funcionar de manera eficiente en una gama más amplia de ángulos de viento aparente sin tener que estar trimando todo el tiempo.

“No es un estilo de navegación completamente nuevo, pero, en resumen, hay cosas que entender porque vamos a velocidades a las que estos barcos no habían navegado antes, especialmente cuando se trata de velocidades medias. Estamos empezando a sentir mucho más la resistencia al avance del barco por lo que el ajuste de la vela es diferente. Las diferencias de velocidad también son mayores. Entonces, cuando comienzas a despegar con los foils, comienzas a acelerar rápidamente, lo que significa que debes seguir el ritmo. A veces no puedes, por lo que el ajuste de tu vela debe poder hacer frente a esto».

Los cambios en la forma en que los patrones triman las velas han significado, a su vez, cambios sutiles en los diseños y especificaciones diferentes de la cubierta para garantizar que puedan mantener sus barcos en su rendimiento ideal. Y también, como consecuencia de todo esto, algunas de las características principales de diseño del casco y de los apéndices submarinos también han cambiado.

El creciente número de barcos de la flota de IMOCA60 que son capaces de mantener velocidades superiores a los 30 nudos significa que los diseñadores se han visto obligados a equilibrar las palas del timón de tal manera que eviten que se vuelvan peligrosamente oscilantes a alta velocidad. Pero esto hace, a su vez, que sean más difíciles de manejar manualmente a velocidades más bajas donde el timón se vuelve mucho más pesado. Esto no solo significa que se necesitan componentes y montajes más robustos y resistentes para el piloto automático, sino que hace que el gobierno manual sea mucho más difícil.

El extraordinario desarrollo de los foils y el provocado incremento en el rendimiento en determinadas condiciones, también ha sido un factor importante. Tal es la naturaleza de este nuevo desarrollo en la vanguardia del deporte que no existe una guía de cómo hacerlo.

Además, las reglas de diseño de los IMOCA60 evitan que los foils tengan flaps o dispositivos de tipo alerón para ayudar a controlar la cantidad de sustentación como lo haría el ala de un avión. Los timones tampoco pueden tener foils en T, lo que restringe aún más la cantidad de control disponible. El resultado es un ala que intenta hacer volar el barco, pero con pocos controles para ayudarle a mantener el equilibrio cuando lo hace.

Saludos y buenos vientos

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