Sir Robin Knox-Johnston y su velero ‘Suhaili’

Suhaili: «nombre que le dan los marinos árabes en el Golfo Pérsico al viento suroriental«

Suhaili fue el primer velero que dio la vuelta al mundo en solitario en la regata Golden Globe de 1968-69. Después de un reciente reacondicionamiento llevado a cabo por su propietario, Sir Robin Knox-Johnston, el barco está de nuevo en el agua. Adrian Morgan, periodista de la revista Yachtingworld.com, subió a bordo y nos cuenta esta historia.

El 14 de junio de 1968 a las 14:20 horas, un queche de 32 pies llamado Suhaili, con Robin Knox-Johnston en el timón, cruzaba la línea de salida en Falmouth. Pocos los vieron partir y pocos menos aún, daban alguna posibilidad de ganar el Trofeo Golden Globe patrocinado por The Sunday Times a este marino mercante de 29 años y a su embarcación.

Pero estaban equivocados… de los nueve barcos que partieron, sólo uno, el Suhaili, terminó la regata. Gracias a la fuerza de la pequeña nave y a la tenacidad de su joven patrón, regresaron Falmouth casi 313 días después para convertirse, barco y patrón, en los primeros en circunnavegar el mundo, vía los tres cabos, sin escalas y en solitario.

Tras ocupar el lugar destacado que le correspondía en la historia de la vela mundial, el Suhaili pasó a ser la ‘estrella’ del Museo Nacional Marítimo, donde comenzaron ‘sus problemas’… el queche comenzó a secarse y a cuartear de manera alarmante. «Tenía que hacer algo de manera muy urgente ya que el tiempo pasaba», explica Sir Robin Knox-Johnston. «Les dije: ‘Si no lo empapamos de agua, se abrirá. Si lo dejamos mucho tiempo así ya nunca más se podrá recuperar. Desde el Museo me dijeron que no podían mojarlo porque se corría el riesgo de que apareciera la legionela«.

Así que en el año 2002, el propio Sir Robin se puso manos a la obra, restaurando personalmente el velero que lo había llevado a aparecer en los libros de historia. La mayor parte del trabajo se completó en estos últimos tres años, siendo puesto de nuevo en el agua a tiempo para ser el invitado de honor de la regata Hamble Classics en el otoño de 2016.

Construido en Bombay.

El Suhaili, procedente de una adaptación del diseño de William Atkins, fue construido originalmente en Bombay entre 1963 y 1964 con madera de teca de Birmania por los carpinteros indios siguiendo los planos proporcionados por una firma de Poole – localidad costera en el condado de Dorset (Inglaterra) -, que anunció «planos completos y un servicio de asistencia gratuita». Los planos que Sir Robin recibió eran de un modelo de queche completamente diferente y muy antiguo y, aunque sugerían e incluían dos planos vélicos, uno de velas cuadras y otro bermuda, en realidad no existía u auténtico plano del aparejo… La afirmación de la compañía de Poole resultó ser, a la postre, muy poco económica.

Registro original y datos de tonelaje tallados en la viga de cubierta. El barco fue construido a mano en Bombay © Barry Pickthall/PPL

La sobrequilla del Suhaili fue cortada de un tronco de 25 pies (7.62 m) usando las herramientas tradicionales: azuelas, taladros de mano y sierras de mano. Knox-Johnston lo recuerda en su libro sobre el viaje histórico, ‘A World of My Own’ [publicado en español por Editorial Juventud con el título ‘Mi propio Mundo’]: «Mirábamos, fascinados, como la azuela, manejada casi con indiferencia por los artesanos indios, producía una superficie pulida como la del fuselaje de un avión moderno».

Se usó teca para toda la construcción: quilla, tablazón de cubierta, estructuras y cubierta de la cabina. Sus mástiles y demás aparejos eran de sólido pino de Cachemira, sus fijaciones y anclajes de acero galvanizado y la quilla de hierro, que pesaba dos toneladas y cuarto, fue fundida en dos secciones y sujeta por 14 pernos de dos pulgadas.

Los baos y cuadernas eran de escuadría seis por seis pulgadas (15 x 15 cm) y todo el forro tenía un espesor de 3 cm. El barco era tan pesado que cuando se botó, el 19 de diciembre de 1964, el Suhaili flotó 5 cm por debajo de su línea de flotación habitual.

Knox-Johnston, su hermano Chris y su compañero Heinz Fingerhut, oficial de radio, hicieron el viaje de entrega del Suhaili hasta su casa, completando la última etapa desde Ciudad del Cabo hasta Gravesend sin parar en 74 días, haciendo un promedio de 112 millas diarias. Tras finalizar el viaje, Knox-Johnston escribió: «El Suhaili demostró ser un barco marinero, capaz de ceñir por si mismo durante horas sin que hubiera que prestarle atención gracias a su extraordinario equilibrio de rumbo».

Fue ese conocimiento íntimo del barco, conseguido durante las 10.000 millas del viaje de entrega, el aliado con la fuerza de Suhaili, su capacidad de ceñir por sí mismo durante muchas horas y la experiencia de su capitán como marino mercante lo que le dio margen suficiente a barco y patrón, para conseguir la victoria en la Golden Globe.

Sin embargo, el Suhaili no había sido la primera opción de Knox-Johnston para dar la vuelta al mundo. Decidido a convertirse en el primer hombre en dar la vuelta al mundo en solitario, se había acercado al diseñador de barcos inglés, Colin Mudie, para diseñar una goleta de acero de 53 pies (16 m), ligera, fuerte e insumergible. Pero sin los fondos necesarios, la solución fue muy obvia, hacer el viaje a bordo del Suhaili, el barco que tan bien conocía.

Después de un período de acondicionamiento, el Suhaili estaba listo para la aventura. Reemplazó la jarcia firme por una de acero y su palo de mesana de pino sustituido por uno de aleación. Tenía velas nuevas y un elaborado sistema de piloto de viento, descrito por Knox-Johnston como «una de las pesadillas de Robinson«, todo el artefacto se perdió durante el viaje.

Hoy, el Suhaili está de nuevo en perfecto estado después de pasar una revisión a fondo, gran parte hecha por él mismo junto con amigos y familiares y con la asistencia del naviero retirado Keith Savill. Se ha desmontado todo el viejo interior y se ha pegado y sellado de nuevo todo el casco. «Todo este trabajo duró tres años. Pasamos dos años sacando los viejos pernos», recuerda Knox-Johnston, «pensábamos que nunca íbamos a acabar».

Suhaili reacondicionado © Keith Allso

«La madera no es el problema, está en perfectas condiciones, tanto la del casco como la de la cubierta, a parte de una gruesa capa de limo verde que la cubre. El verdadero problema es el hierro; es hierro indio pero cualquier hierro da problemas después de 50 años. Algunos de los clavos estaban tan corroídos que solo les quedaba 1 mm de espesor. Tuvimos que sacarlos todos, unos 1.400, y reemplazarlos por clavos de bronce. Cuando empezamos estábamos sacando ocho pernos diarios usando sólo martillos. Después lo intentamos con un taladro de martillo, y luego con dos, uno en cada lado. Entonces sacábamos 80 diarios… tuvimos que aflojar el ritmo e ir metiendo los pernos nuevos de bronce porque si no el viejo Suhaili se nos desarmaba».

El Suhaili no se volvió a calafatear, aunque Knox-Johnston comenta, echando la vista atrás, que es algo que debería haberse hecho. «Hay algunas filtraciones aquí y allá y hay que achicarlo unas cuantas veces a la semana; le sacamos alrededor de 1,5 galones de agua (5.6 litros), así que no es muy grave».

«Desmontamos totalmente el interior», comenta. «Lijé la cubierta y el casco para dejar la madera desnuda de nuevo lista para pintar. Mantuvimos un diseño muy simple ya que sólo le instalamos las literas, la mesa de cartas y un fogón. Ah!, y un retrete, pero esta vez con puerta». Así, vacío, su flotación se aproximaba la flotación diseñada en su botadura. «También pusimos uno poco más madera en el suelo y eso lo fortaleció un poco más». La restauración de Suhaili ocupó 140 días y más de 3.000 horas-hombre

Sir Robin Knox-Johnston hizo gran parte del trabajo de restauración él mismo, aquí preparando la quilla de hierro antes de aplicar epoxy / cinta de fibra © Barry Pickthall/PPL

«Una vez reacondicionado, el barco volvió a ser el mismo que cuando se botó, tal vez un poco más fuerte y sin duda más ligero. En la regata Clásicos comprobé que era demasiado ligero. Necesitaba un poco más de lastre para conseguir que navegara bien».

«Navega muy buen en ceñida pero no tan bien con viento de popa. Lo puedes apretar y solo se detiene si tú lo haces…»

Uno de los peores rasgos del Suhaili siempre había sido su fuerte cabeceo en determinadas condiciones, especialmente cuando navegaba muy cargado. Sin embargo, después de la restauración y de aligerarle peso, no mostró señales de este defecto cuando navegamos en el Solent, durante la regata Classics.

Un foque, la mayor con un único rizo y una vela de mesana eran suficientes. Su vela de mesana está lejos de ser una idea de última hora, ya que es la vela que da la verdadera propulsión, incluso cuando las condiciones son demasiado turbulentas. Sin embargo, algunos elementos del barco siguen pendientes de remodelar, como el timón que será lo siguiente en remodelarse. «El timón no es el original, este se instaló alrededor de 1973. Es de roble y está tan podrido como una manzana… se le caen trocitos continuamente. Es el siguiente punto en la lista de trabajos».

Como prueba de sus muchas millas navegadas, algunos elementos quedaron intactos: «Encontramos el viejo centavo que había atorado entre la parte superior de la cabina y una viga de cubierta, el cual llegó allí después de que nos diera un revolcón el Océano Austral. Lo dejamos en su sitio».

Si Sir Robin Knox-Johnston intentara re-editar la Golden Globe en el 2018, el recién reacondicionado Suhaili sería tan fuerte como siempre y casi seguro que rebajaría en varios días el tiempo marcado en la regata de 1968-69. «Nada me va a persuadir de hacerla de nuevo», fue su respuesta a esta peregrina idea…

El aparejo de Suhaili es el que se montó después de perder el mástil en 1990, cuando Knox-Johnston volcó en medio del Atlántico y navegó hacia las Azores con un aparejo de fortuna.

Sir Robin Knox-Johnston

Sir Robin Knox-Johnston, 1939, es el navegante más famoso de Gran Bretaña. A pesar de que su viaje de 1968-69 le aseguró un lugar en la historia de la vela, siguió regateando, liderando equipos en regatas como la Admiral’s Cup, la Whitbread o la Round Britain además de ser co-patrón – junto a Sir Peter Blake – del catamarán, de 28 metros de eslora, Enza New Zealand en 1994 cuando batieron el record de la vuelta al mundo sin escalas, el Trofeo Jules Verne, que estaba en posesión del francés Bruno Peyron.

Sir Robin Knox-Johnston relajado bordo del Suhaili © Bill Rowntree/PPL

En el año 2007, a los 68 años, dio su segunda vuelta al mundo en solitario, cuando participó en la regata Velux 5 Oceans Race; fue tercero de su clase en la Route du Rhum del 2014 y ahora dirige Clipper Ventures, empresa organizadora de la Clipper Round the World Race.

Después de retirarse de la navegación durante un tiempo, estuvo detrás de la construcción de las marinas de Troon, Mayflower, Mercury y St Katharine Dock. Entre sus distintos cargos y nombramientos tiene el honor de ser el patrón de la Cruising Association; elegido Younger Brother de la Trinity House; presidente del Little Ship Club y miembro honorario de al menos una docena de clubes náuticos en todo el mundo.

Ha sido elegido por la YJA (Yachting Journalists Association) navegante del año en cuatro ocasiones, ganó la medalla de oro del Royal Institute of Navigation en 1992 y fue nombrado caballero en 1995.

Saludos y buenos vientos.

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