Hoy, siete años más tarde, recuerdo ese momento mientras nos enfrentamos al monstruo que se nos aproxima. Mar de morro y vientos huracanados. ¿Cómo haremos para mantener el barco de una pieza y al mismo tiempo batir a nuestros rivales?.

Abajo, en la mesa de navegación, Ian y yo monitorizamos el desarrollo de la baja. La estrategia sólo funcionará si acertamos exactamente en el centro, así que estamos siguiendo su evolución con mucha atención. Por supuesto que el maldito sistema cambia de idea cada vez… pero lo tenemos controlado.

Con suerte tendremos un buen ángulo de viento tanto para entrar como para salir y así poder sumar millas rápidamente hacia Cabo de Hornos. ¡Ya va siendo hora!.

Wouter Verbraak, navegante del Green Dragon

Pero 18 horas antes de la puerta me di cuenta que esa alta presión no se iba a mover tan rápidamente como habíamos pensado. Yo estaba más concentrado e interesado en una pequeña, pero potente, baja presión que se situaba al Noreste, y llegué a pensar si podríamos usarla por su extremo, en vez de optar por un lento Sur, bajo una alta presión que también podría ser muy arriesgada al pasarla tan cerca, como lo íbamos a hacer.

Cuando el viento fue subiendo y nos íbamos acercando a la meta volante del 36 Sur, me reuní con los chicos y les expliqué las alternativas en ese momento. Desde ese momento nuestro objetivo era batir al Puma en la meta volante, y yo dividí mis recursos entre eso y vigilar el desarrolló de los modelos de meteo. Eso no es nada inusual, es mi día a día y tomo decisiones constantemente, aunque esta vez se haya hecho más patente en los últimos partes de posiciones, además tuve el potencial de crear una gran separación si los otros barcos no hicieran lo mismo.

Estaba más o menos claro que ganábamos al Puma en la meta volante, protegimos el Este que es lo que queríamos. Incluso pensé que había opciones de que nos siguieran en nuestra estrategia del Norte. En la mayoría de los casos, en esta regata, los navegantes de los barcos en cabeza toman las mismas decisiones, particularmente donde se pueden producir grandes divisiones.

Pocas millas antes de la meta volante se tomo la decisión. Nos preparamos y viramos al Norte tan pronto fue posible, hasta el punto que casi parecía que íbamos de nuevo de vuelta a donde veníamos, para poder pillar un mejor role que nos lleve al Sureste.

Creo que nos va a ir bien, incluso pese a que en las últimas horas hemos sufrido. Pero parece que el resto de la flota hará algo similar a lo que estamos haciendo nosotros, así que las diferencias no serán muy grandes. Algunos barcos has realizado un dramático cambio de rumbo frente a Nueva Zelanda; aparentemente han cambiado sus planes.