La aproximación a la meta volante mantuvo la emoción de los últimos días y lo hizo hasta prácticamente el último momento. En el parte de posiciones de las 23:00 horas –hora española–, el último previo a que el primer barco cruzara la línea del 36ºS, la diferencia entre los tres aspirantes a esta victoria parcial era de sólo ocho millas, con dos de ellos separados por dos millas. El Ericsson 4 parecía contar con la suficiente ventaja y velocidad como para conservar su liderato hasta anotarse los cuatro puntos, aunque la lucha entre PUMA y Ericsson 3 dejaba en el aire la duda sobre cuál de los dos cruzaría segundo. Las condiciones ayudaban, y los tres contendientes navegaban en el borde de los 20 nudos de velocidad.

Alrededor de 50 millas por detrás, y en una posición más al Oeste, Telefónica Azul y Green Dragon también se encontraban separados por ocho millas, con ventaja para el barco de Iker Martínez y Bouwe Bekking y un ritmo similar al de la cabeza de la flota.

Tres horas más tarde, en el parte de posiciones de las dos de la madrugada española, la incógnita del grupo de cabeza ya se había despejado y el barco español lograba escaparse del chino-irlandés dejando sentenciado el reparto de posiciones en el dúo perseguidor.

El Ericsson 4 de Torben Grael era el primero en cruzar la meta volante del 36ºS a la 1:21 h de la madrugada española, sumando cuatro puntos más a su marcador. Tras anotarse su segunda meta volante consecutiva, el barco sueco optaba por mantener rumbo Sur, mostrando su opción táctica de atacar directamente al sistema de altas presiones situado al Este de Nueva Zelanda. 42 minutos más tarde cruzaba la línea el Ericsson 3, que inmediatamente después de comprobar que los tres puntos y medio subían a su marcador, viraba para poner rumbo Noreste en busca del extremo superior de la alta presión.

El orden del resto de la flota en el paso por esta primera meta volante de la quinta etapa otorgaba tres puntos al PUMA, dos y medio al Telefónica Azul y dos al Green Dragon. Con este reparto de puntos, el Ericsson 4 se afianza al frente de la clasificación general provisional de la Volvo Ocean Race 2008/09, con 53 puntos. El Telefónica Azul mantiene la segunda posición con 44,5 puntos, aunque el PUMA ha logrado recortarle medio punto y le acecha a 44 puntos. La lucha por la cuarta posición es ahora también de medio punto de ventaja para el Green Dragon (32 puntos) sobre el Ericsson 3 (31,5 puntos).

Semejante igualdad en la lucha por la segunda posición entre Telefónica Azul y PUMA, y por la cuarta entre el Green Dragon y el Ericsson 3, supone un plus de interés de cara a la siguiente meta volante del recorrido, que espera a la flota en Cabo de Hornos y que podría dar un vuelco a la clasificación general provisional.

A esta hora, el PUMA de Ken Read ha logrado superar al Ericsson 4 de Torben Grael tras cruzar su estela de madrugada y ponerse a estribor y al Este del barco sueco, que ha optado por apuntar al Sur puro. Entre el barco de Grael y la costa neozelandesa navegan el Telefónica Azul y el Green Dragon. El barco español vuelve a ser a esta hora el más rápido de la flota, con 19,5 nudos de velocidad y unas condiciones de viento que han llegado a rozar los 30 nudos durante las últimas tres horas. Este grupo que continúa ganando Sur debe ir pensando en cómo pasar las puertas de exclusión de hielo que tienen entre su posición y Cabo de Hornos. Por su parte, el Ericsson 3 navega con un rumbo de 54º (Noreste) en un escenario en el entorno de los 25 nudos que sin embargo le sitúa como el más lento de la flota en el último parte.

En las próximas horas, toda la flota cruzará la línea imaginaria de 7.000 millas a destino.

Cosas que comentan desde el telefónica Azul…..

En referencia a la táctica del “Ericsson 3”, Bekking y el resto de la tripulación del “Telefónica azul” se mostraban un poco sorprendidos por lo arriesgada de la estrategia del segundo barco sueco: “El Ericsson 3 ha tomado la decisión de seguir una ruta al Norte. Si esa ruta les hace ganar la etapa, pasarán a la historia ya que hasta ahora en todas las etapas que transcurren abajo por el Sur, la opción del Sur ha ganado”.

Navegando en un rumbo de través cerrado hacia el Sur, desde el “Telefónica azul” ha comenzado a transmitir de nuevo las sensaciones que ya tuvieron al comienzo de esta etapa, cuando las olas invadían la cubierta constantemente. “El tío de la manguera ha vuelto, ¡y con todos sus amigos!» exclamaba Jordi Calafat. “Importante cambio de temperatura y condiciones de viento entre ayer y hoy. Ayer se veían pantalones cortos y camisetas, y en la cubierta estaba seco. Ahora estamos ya con los trajes de supervivencia y mucha ropa para vestir” continuaba narrando el campeón olímpico.

El capitán del equipo, Bouwe Bekking, explicaba: “Ha sido otro día complicado en la oficina, con condiciones de mucha, pero mucha, agua en cubierta. ¿Nos hemos divertido? En realidad, no. Los trajes de supervivencia salen de nuevo del armario ya que parece que es la única manera de mantener la ropa de debajo seca, e incluso la mayoría de los chicos se han pasado ya a las botas. La temperatura del agua ha bajado también cerca de 7º C. La buena noticia es que abajo el ambiente es un poco mejor ya que no sudaremos como antes, no más”.

Cafalat terminaba pronosticando: “Ahora nos esperan 10 días muy duros y hay que tener respeto y cuidado a las roturas”.

Al habla con los barcos.

Rick Deppe.- Puma Ocean Racing….

El tercer puesto en la meta volante no ha sentado muy bien a bordo del PUMA después de tantas jornadas de dura pelea contra los Ericsson. Además, las condiciones de navegación son realmente incómodas. Rick Deppe nos lo cuenta.

Ha sido un día duro a bordo de Il Mostro. Llevábamos un par de jornadas peleando en una batalla a tres por la meta volante frente a Nueva Zelanda. Sobre el papel, éramos líderes tras el paso de las Fiyi, pero Ericsson 4 cogió mejor presión por el Este y se escapó. Cuando los barcos comenzaron a converger, volvió a ser nuestro turno, al recuperar el liderato navegando rectos mientras ellos negociaban las nubes.

Lamentablemente, al final no pudo ser, y nos ganaron en la puerta por unas cinco millas, mientras Ericsson 3 se colaba segundo unas dos millas por delante nuestra.

Por si fuera poco, las condiciones anoche han sido horribles, y esta mañana no han sido mejores: volar de través en 25-30 nudos es lo más incómodo a bordo de estos barcos. Empapados… realmente empapados, y botando violentamente sin parar.

Cuando te apuntas a esta regata lo haces consciente de que no se trata precisamente de un crucero, y a sabiendas de que te encontrarás con condiciones duras durante todo el recorrido… Simplemente no recuerdo algo como esto cuando participé en la edición de 1997/98. Por supuesto que era mucho más jóven y estúpido entonces, pero era proa, y aunque no era precisamente fácil, no recuerdo estar acosado constantemente por las condiciones meteorológicas, que por cierto parecen estar estableciéndose de nuevo para mantenerse durante un tiempo.

Cuando abandonas Nueva Zelanda y pones rumbo a Cabo de Hornos se supone que no deberías ir golpeando, que es lo que hacemos mientras escribo. Parece que es lo único que hemos hecho desde que empezó esta regata… bueno, aunque reconozco que la primera etapa estuvo bien. De cualquier forma, el golpeteo de ahora no parece formar parte del plan. Ken y Capey han estado encerrados en la mesa de navegación tratando de decidir si cruzar la meta volante y continuar rumbo Sur o, como sorprendentemente recomienda uno de los modelos, cruzar y dar media vuelta. Viendo desde la popa del barco, espero que no lo hagamos, aunque esto es sólo la opinión de un ex-proa.

Anoche el J2 se enredó durante un cambio de velas, así que Ken y Justin se pusieron a arreglarlo, algo nada fácil en semejantes condiciones de navegación. El 3DL de que está fabricada es fantástico, pero una vez que se rompe, puede ser muy difícil de reparar. El único lugar del barco en el que la pueden extender para reparar es el compartimento principal del barco, pero ahí es donde todos nos vestimos y desvestimos entre guardias, así que no es ideal, y puedo ver la frustración en las caras de todos.

Rick Deppe, tripulante de comunicación del PUMA