Vendeé Globe.- Entrevista a Unai Basurko 48 horas antes de zarpar….

«El verdadero examen de esta regata está en el Océano Antártico»

«Allí se te echa el invierno encima en dos horas. El viento es helador, hay un ruido infernal por el golpe de las olas, y toneladas de agua salada que pasan por encima…»

Unai Basurko pasa sus últimas horas en tierra estibando los pocos objetos que le acompañarán en su aventura durante los próximos cuatro meses: la olla ‘Perfect’ individual donde preparará su comida, el hervidor de agua, el grueso saco de dormir, las fotos de sus sobrinos y otra del difunto Iosu Apraiz, el balde de caucho negro que le servirá de váter, las cartas náuticas de todos los océanos del mundo, los tapones de plástico con los que sellará sus orejas para no escuchar los crujidos del barco ni el ruido de locomotora de las olas gigantes de los mares antárticos…

Basurko pasará solo la noche del sábado, víspera de la salida de la Vendée Globe. Convertido ya en un solitario, ajeno a las luces y al tumulto de las despedidas, habituándose a lo que será su casa y su salvavidas. «Quiero disfrutar esa noche», confía. Ha embarcado comida para unos 130 días (el alimento que cargan a bordo los patrones es determinante para saber sus estimaciones en la regata). Beberá el agua de su potabilizadora, que le puede proporcionar 5 litros por hora. Bajo la cubierta viajan 72 litros de agua ‘Evian’ embotellada, un seguro de supervivencia al que obliga la organización por si las cosas vienen mal dadas. También, una caña, un carrete de bonitos y un puñado de calocas y sokalas para pescar.

La entrevista tiene lugar en la cubierta del ‘Pakea Bizkaia’ y bajo la mirada curiosa de cientos de visitantes del Port Olona que se detienen a observar a los navegantes, Unai está donde siempre ha querido estar. «Desde 1993, cuando Ugarte llegó a este mismo puerto, he deseado poder volver aquí con un barco. Nadie imagina lo difícil que es. Estar aquí y salir el domingo ya es una victoria», dice.

A su alrededor buscan el cielo los mástiles de los veleros más rápidos y extremos del mundo, de pujantes y elevadas proas y brillantes colores. El ‘Pakea Bizkaia’ ocupa su lugar, modesto y humilde, entre el mar de palos mayores. «Aquí, los patrones y el público, reconocen a los barcos y a los marinos con menos medios. Hay un respeto terrible de los más fuertes hacia los más humildes. Claro que me gustaría llevar uno de esos barcos extremos, pero al ‘Pakea Bizkaia’ le tengo mucho cariño, hemos navegado 70.000 millas juntos. Entre nosotros se han formado unos lazos muy fuertes. Mire, ahí está el ‘Hugo Boss’: tres millones de euros de presupuesto para una temporada, sin contar la construcción del velero. Nosotros tenemos ese dinero para un proyecto de cinco años. Estoy muy orgulloso de estar aquí».

Dan un buen parte para la salida… Vientos de 15 nudos del Sudoeste…

Noooo. En esta zona todo cambia rápido. No quiero ni mirar. Se está formando un frente terrible. Dan malísimo. Además sabemos cómo se las gasta el Golfo de Vizcaya. No hay más que recordar cómo nos recibió a la salida de la Velux 5 Oceans. Hubo roturas y hubo que regresar a Getxo…

En la Vendée Globe está prohibido el ‘ruteo’, recibir información meteo de profesionales especializados. ¿Cómo va a trabajar este aspecto, fundamental en una vuelta al mundo?

Todos llevamos archivos y programas de gestión meteorológica. Les das los datos y a dónde quieres ir y te preparan una ruta. Pero también funciona la predicción a ojo, la de toda la vida, el estudio de los fenómenos locales, las nubes, el mar, las sensaciones… Somos seres vivos y tenemos un conocimiento innato. Sabes si va a venir mal tiempo, sólo hay que ejercitarlo. Esta vez voy a poder conocer las posiciones y rumbos de los demás patrones. Algunos son expertos en meteo. Libran verdaderas partidas de ajedrez, analizando datos y eligiendo rumbos…

¿Cuántas horas duerme estos días?

Seis. Y, luego, una siesta de hora y media. El sueño puede acumularse. Es fundamental no salir cansado. En tierra, hay que dormir y comer, obligarse aunque no tengas ganas. Cosas frescas, verduras, ensaladas, platos que no voy a tener en el mar. Hoy peso 86 kilos, estoy en el tope.

A su lado hay barcos espectaculares…

Verdaderos ovnis. Tremendos. El Artemis es un diseño radical, El barco de Riou, el ganador de la anterior edición, es impresionante… Hay otros que se ven muy rápidos…

Pero con patrones que no han estado nunca en el Sur…

A mí no me gustaría bajar allí en un barco no probado… Uff.

Ya, pero el mismo Vincent Riou conquistó la Vendée y era un novato de los mares antárticos.

Sí, pero Riou había sido durante seis años preparador de Michel Desjoyeaux (vencedor de la regata en 2000/2001) y llevaba un barco que ya había ganado la regata. Había hecho sus deberes muy bien. Soy de los que piensa que un barco, cuanto más sencillo, mejor. Estoy satisfecho con el mío, lo hemos mejorado mucho. Conmigo trabaja ahora un equipo de 10 personas. Y eso se nota; tengo más tranquilidad.

Dinnelli, que se embarca para su cuarta vuelta al mundo en solitario, decía ayer que esto es como en el rugby, cuando uno se mete en la melée no puede pedirle ayuda a nadie.

Claro, los únicos que sabemos lo que pasa en el Sur somos nosotros. Por mucho que lo intentemos no podemos explicar qué se siente allá abajo…

Esfuércese, por favor.

Es una relación de amor-odio. Quieres ir y, cuando estás, te quieres escapar. Allí está la Naturaleza en estado puro y salvaje. Lo que hace diferente esta regata son las seis semanas que pasamos allá abajo, empapados, ateridos, sin dormir….

Como para ir corriendo…

Tengo ganas de bajar y probar algunas mejoras en el barco, demostrar que no me he equivocado. El verdadero examen, la verdad de esta regata, está en los 60 grados Sur, en los 60 ululantes, en el Océano Antárticio. Este año nos van a monitorizar los icebergs, pero los hielos más pequeños…

¿Cuándo se nota que uno llega a los mares antárticos?

Cuando te entra el primer frente, un poco al Norte de Buena Esperanza. Notas que cambia el color del agua. El olor y la densidad del viento son distintas… El aire viene peinando el hielo. Se te echa el invierno encima en dos horas. El viento es helador, muy frío y muy húmedo.

¿Cómo vive allí?

En mitad de un ruido infernal. Los golpes del mar, las olas contra el casco, toneladas de agua salada que pasan por encima… El único secreto es anticiparlo todo: adelantarse al sueño, al frío, al hambre.., Llevo hasta las maniobras escritas. Allá abajo no se puede cometer un error.

Más info en http://www.elcorreodigital.com

Suerte, saludos y buenos vientos

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